Han intentado vender sus viviendas, pero nadie las quiere comprar. Los vecinos de los sectores sitiados por las maras han perdido la tranquilidad: los pandilleros hacen lo que quieren en los barrios donde residen.
Estos grupos de antisociales han ido infiltrándose en zonas de la ciudad y atemorizan a la población para que permanezca callada ante sus chantajes.
Estos grupos delictivos se dedican a la extorsión, sicariato, cobro de “impuesto de guerra”, robo de vehículos, tráfico de droga, secuestro y otros actos delictivos que han convertido a muchos barrios en un campo de batalla.
El mayor problema se presenta en los sectores donde estas bandas pelean por territorio como la colonia Sabillón, donde apenas una calle divide la zona de las maras MS y 18.
Ni los parientes de los miembros de pandillas pueden cruzar la “zona enemiga”.
Chamelecón, la Suazo Córdova, La Unión y la Rivera Hernández se han convertido en los centros de operación de las maras 18 y MS.
Riesgo latente
Según datos proporcionados por la unidad antimaras de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, la colonia Zorzales, Morales, Ebenezer, Monte Bello, San Antonio, Suyapa, Sabillón, Lempira y San Isidro, todas del sector Chamelecón, están sitiadas por miembros de ambas maras.
También la San José Cinco, Luisiana, La Unión, Rivera Hernández, Medina, Villa Ernestina, Gracias a Dios, Río Blanco, Perpetuo Socorro, Las Brisas, Satélite, Pradera, Sandoval y Suazo Córdova están invadidas por estos antisociales.
Agentes de la unidad de pandillas afirmaron que se hace trabajo de inteligencia y allanamientos con estrictas medidas de seguridad en estos lugares.
Ley de escuchas
Manuel de Jesús Escobar Murillo, jefe regional de la Policía, informó que los pandilleros se han desplazado por diferentes lugares porque se les ha ido atacando donde permanecen instalados. “Tenemos operaciones pendientes, pero esto hace que busquen nuevos lugares donde vivir”, señaló Escobar Murillo.
Dijo que uno de los mayores problemas es que atemorizan a la población y esta no se atreve a denunciar. “Los mareros le dicen a la gente que la Policía ya sabe lo que ocurre, que no les van a ayudar y no es así”.
El jefe policial añadió que han llevado a cabo operaciones que neutralizan las actividades de las pandillas en algunos lugares.
“Para combatir las maras se necesitan actividades exclusivas y por eso estamos reforzando la unidad antimaras de la DNIC. Sabemos que, día a día, los ciudadanos son amenazados y extorsionados generalmente por teléfono; por eso, con la ley de escuchas, nuestra respuesta será mejor”, manifestó Escobar Murillo.
“Los mareros me sacaron carrera, me dijeron que si no les pagaba impuesto, me matarían, y yo estaba hasta sin trabajo”, dijo Esther, una vecina de La Pradera que dejó la vivienda donde residió varios años.
Sus hijos se casaron y su esposo murió y luego empezó a ser hostigada por los pandilleros.
Esther, como decenas de ciudadanos, optó por deshabitar su vivienda y mantener a salvo su vida.
Inseguridad ha dañado turismo en La Ceiba
La Ceiba. Pese a los esfuerzos de la Policía Nacional Preventiva y la Dirección Nacional de Investigación Criminal, los grupos delictivos tienen presencia y poderío en sitios como la colonia Las Mercedes, donde algunas pandillas hacen lo que se les antoja con la población. Las colonias Lempira, El Búfalo, Bonitillo, el Carril del Siete y la Primero de Mayo figuran entre los lugares donde pocos se atreven a penetrar.
La ciudadanía ha hecho un llamado puntual para hacer inspecciones en esos sitios para neutralizar a los delincuentes y devolverles la paz a los ceibeños, ya que viven sometidos por esos antisociales.
Los últimos enfrentamientos entre Policía y delincuentes han dejado varias personas muertas. Estos hechos han afectado a esta ciudad turística.
“Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por devolverles la tranquilidad a los ceibeños”, dijo el oficial Luis Alonso Bustamante.
Para los órganos policiales, los tiempos de reinado de los delincuentes en barrios y colonias están llegando a su final.
En Tegucigalpa, 29 sectores son los más conflictivos
Tegucigalpa. Con inspecciones desde temprano por la mañana, el jefe de la Policía Metropolitana número 1, Ramón Martínez Hernández, trata de controlar la delincuencia en 29 barrios y colonias de la capital catalogados por ellos como los de “mayor incidencia delictiva” y que, para los capitalinos, son los más peligrosos.
“Los patrullajes, recorridos en moto, carros y a pie son las estrategias que utilizamos en los puntos conflictivos.
Resguardamos los puntos de taxis y buses desde muy temprano, cuando los capitalinos se van a sus trabajos, y por la noche, cuando regresan”, explicó el subcomisionado.
Las zonas más peligrosas de Tegucigalpa son las mismas desde hace varios años, pero el trabajo policial ha aumentado, según el jefe de la Policía Metropolitana.
“Hay lugares de los que hemos sacado a secuestradores. Tratamos de controlar estas zonas donde más conflictos se producen. Ahora con el Operativo Relámpago tenemos más controlados estos sectores que nos causan problemas”.