Un número, una letra o un tenis que cuelga son mensajes que grupos criminales usan como señal de dominio, robo, muerte, o para ubicar sitios adonde se distribuye droga.
Esas marcas pasan desapercibidas y suelen confundirse en medio del grafitti, pero están en muros y paredes de barrios y colonias sampedranas porque sirven de código a las bandas delictivas.
Un equipo de LA PRENSA recorrió varios sectores de la ciudad adonde estos símbolos en pintura y yeso son una clara advertencia de que se trata del territorio de una banda, o bien que cerca está un expendedor de drogas. Pero hay otra sañal peligrosa: la que muestra de que su vivienda es vulnerable al robo.
Del recorrido por barriadas quizá lo más impactante son los tenis que cuelgan del alambrado eléctrico. Hay varios pares en uno de los pasajes del barrio Las Palmas, en San Pedro Sula. Preguntamos a un joven que caminaba por la calle si sabía por qué estaban colgando los tenis. “Es una travesura”, dijo inocente.
Pero la Policía cuenta otra historia. Esos tenis significan que una pandilla ha marcado su territorio y muestra el número de miembros que residían en esa zona y que han muerto o han abandonado la mara.
Y es que en pasajes y calles de estas poblaciones viven maras, grupos criminales que empezaron como pandillas juveniles hasta convertirse en redes del crimen organizado. Su nombre revela su código genético: mara es apócope de marabunta, colonia de hormigas gigantes que devoran todo a su paso.
Las maras dejaron de ser simples bandas de delincuentes juveniles para convertirse en auténticas organizaciones criminales unidas por el odio y la voluntad de destruir a sus contrincantes.
Un ex miembro de la MS, o Mara Salvatrucha, contó al equipo de LA PRENSA cómo esas agrupaciones ilícitas tienen el dominio del narcomenudeo en los barrios y colonias de la ciudad.
A veces en un solo pasaje o en cada cuadra se tienen de dos a tres distribuidores que comparten la venta en ese territorio.
“Antes nos peleábamos el territorio y la lucha era a morir, pero ahora ya hay zonas marcadas que ya se sabe quién las controla”, dijo este joven que es uno de los que han logrado superar la pesadilla de estas pandillas. Él se refería a la lucha sórdida entre la MS y la 18.
Las marcas
Números como el 18 o las letras MS pintadas en paredes de viviendas o negocios determinan el control de estos grupos.
Hay otros símbolos que sirven de alerta. Esos códigos son simples, por ejemplo: las casas son marcadas con pintura en aerosol, donde dibujan una cruz, una letra, número, o una pequeña señal que sirve para indicar que los dueños o inquilinos están de vacaciones.
Una raya en el portón colocada con tiza blanca o roja, o dibujada con algún objeto punzante, es una señal que el ladrón debe verificar que los dueños de la casa no se encuentran.
Esa raya en las paredes de una casa, en uno de sus costados, puede ser una señal a delincuentes y significa que el domicilio está desocupado desde hace meses.
Si detecta una marca de una X, círculos, firmas raras, triángulos, rombos o escaleras, son señales que indican que la vivienda ha sido identificada y que en los próximos días puede ser robada.
Las averiguaciones de la Policía indican que esa simbología es utilizada por delincuentes comunes que en confabulación con grupos de guardias de seguridad cometen robos en las viviendas. Por lo general los mismos celadores se encargan de difundir los símbolos y su significado para crear temor en los habitantes.
Las autoridades han detectado que colocan esos símbolos para crear temor en las zonas residenciales y que los dueños de viviendas sientan la necesidad de contratar vigilancia para sus inmuebles. Las investigaciones policiales establecen que en muchas colonias que hay vigilancia privada se suscitan robos en las casas.
Otras señales
En zonas residenciales, barrios y colonias de clase media se ha detectado que algunos recicladores de desechos también actúan como “marcadores” de casas.
Hombres y mujeres trabajan para bandas de delincuentes a quienes les pasan información sobre los movimientos de los habitantes de las residencias: a qué horas salen, quiénes se quedan en casa, si solo hay mujeres en la vivienda, a qué hora no hay nadie, si la casa está protegida, etc.
Si las casas no tienen un acceso directo desde la calle, es decir, que se accede por gradas o pasillo, como cuarterías y apartamentos, estos “marcadores” buscan la manera de señalizarlas.
Investigadores que interpretan estos códigos también aseguran que los ladrones colocan una botella pequeña desechable en los pasillos de acceso en puntos donde puedan tener visibilidad. Ellos monitorean si alguien la retira. Si esto no ocurre significa que no hay nadie.
Por eso, si en el garaje, jardín o patio exterior detecta la presencia de elementos que no son propios de su casa, retírelos de inmediato; normalmente se trata de trampas que lanzan los delincuentes para verificar la presencia o ausencia de sus ocupantes.
Barrios y colonias de zonas marginales se han dividido en territorios y todos saben dónde empieza y dónde termina el dominio de la MS o la 18.
Un investigador de la Unidad Antipandillas afirmó que se dan las confrontaciones entre los grupos, especialmente si en una colonia o barrio opera la MS o la Mara 18, porque ellos delimitan sus territorios.
“Si un territorio es dominado por la MS y la 18 hace una marca con grafitti es tomado como reto. Eso genera los conflictos que han llevado a la muerte a varios pandilleros.
En San Pedro Sula hay pleitos de territorios por dominio y comercio, se pelean los ingresos y por la venta de mercancía y eso genera disputas”, dijo el investigador.
Un buen consejo. Si usted nota marcas nuevas en su vivienda, que no son comunes, de inmediato borre la señal con pintura dejando la menor huella posible.
Llame a la Policía para que analice los signos y le den mayor vigilancia en el sector. Use los teléfonos de las líneas contra el delito o el Mapa contra el Delito para que su denuncia sea anónima y segura.