SAN PEDRO SULA. Honduras es uno de los pocos países de América Latina que no ha tomado ningún tipo de medida para regular las criptomonedas con el fin de evitar estafas, fugas de dólares y pagos excesivos de comisiones.
Luego de que Santa Lucía, Francisco Morazán, se declarara el primer municipio que adopta el bitcóin (BTC) como instrumento de cambio, el Banco Central de Honduras (BCH) advirtió que “al no estar respaldados los criptoactivos (...), cualquier transacción que se efectúe con los mismos será bajo la responsabilidad y riesgo de quien la realice”.
“Pese a que algunos países han adoptado políticas públicas para favorecer su utilización, no hay evidencia de que la población haya adoptado los criptoactivos como medio de pago de preferencia. En ciertos países se ha prohibido totalmente su utilización y en otros se han emitido restricciones (...)”, dijo el BCH.
En el mercado de activos virtuales hay más de 10,000 criptos, pero unas 100 son las más importantes y solo 10 tienen mayor capitalización de mercado: BTC, ethereum (ETH), tether (USDT), usd coin (USDC), BNB (BNB), binance USD (BUSD), XRP (XRP), cardano (ADA) y solana (SOL), de acuerdo con CoinMarketCap.
Aunque todas son cripto, ligadas a la tecnología “blockchain”, estas tienen diferentes objetivos: el BTC es la única descentralizada, (no depende de una autoridad) y tiene un número máximo de emisión. Circulan 19,112,431 unidades de 21,000,000 que producirá una red de computadoras a más tardar el año 2144.
Por ser la única descentralizada, El Salvador y República Centroafricana decretaron la BTC como moneda de curso legal. Son los únicos países del mundo que han tomado esa decisión.
El resto de monedas (no tienen un techo máximo de unidades) están asociadas a organizaciones y son conocidas como “altcoins” (menos BTC) y las “stablecoins” (monedas estables) que mantienen un precio paritario con el dólar, como USDC, USDT y BUSD.
bitcóin es un activo virtual negociado en plataformas de “exchange”. También es usado como medio de pago entre algunos comerciantes.
Urge regulación
En Honduras hay personas, como los comerciantes de Santa Lucía, que utilizan BTC como medio de pago, también inversionistas que especulan en plataformas con derivados o contratos financieros sobre el precio futuro de un activo subyacente. El rendimiento lo convierten en “stablecoin” y luego lo trasladan a una cartera electrónica de donde lo pueden transferir (pagando una comisión) a una cuenta de banco para retirar los dólares.
Helmis Cárdenas, presidente del Colegio de Economistas de Honduras (CHE), considera que, dado que el ecosistema de los criptoactivos es bastante amplio, el BCH y la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) deben “monitorear el comportamiento para aprobar un marco regulador en el futuro”.
“Las criptomonedas no tienen un respaldo legal, no dependen de una autoridad monetaria y quienes invierten corren el riesgo de perder debido a su volatilidad. Es necesario que, cuando esto sea masivo, las autoridades aprueben leyes para evitar las estafas y la fuga de dólares”, dijo.
Así como hay varios miles de tokens, en este nuevo ecosistema operan cerca de 300 grandes “exchanges”, según CoinMarketCap. Las plataformas con mayor capitalización de mercado son Binance, Coinbase, FTX, Kraken, KuCoin, Binance.US, Gate.io, Bitfinex, Huobi Global y Coincheck.
Estas promotoras de las finanzas descentralizadas (Defi) se han visto envueltas en escándalos. Recientemente, la Comisión de Bolsa y Valores de EUA acusó a exejecutivos de Coinbase por usar información privilegiada sobre activos que serían negociados. También presentó cargos contra 11 personas de Forsage, una pirámide fraudulenta que recaudó más de $300 millones de inversores minoristas de todo el mundo.
Alrededor de estas plataformas operan empresas que procesan las transacciones realizadas mediante tarjeta de crédito o débito, como Simplex, MoonPay, Advcash, Banxa y otras. Están radicadas en EUA, Europa y en paraísos fiscales.
En Honduras, más de 5,000 personas invierten en plataformas piramidales a cambio de más de un 10% de interés sobre un capital mínimos invertido de $1,000. Las empresas le transfieren mensualmente el rendimiento a una billetera electrónica solamente en el “stablecoin”. Hasta ahora no hay denuncias de estafas.
“Me registré en una plataforma y compré $100 en BTC. Por la compra me cobraron más de $10 de comisión. Me quedé como con unos $90”, dijo Rafael Salgado, un pequeño inversor.
“Pienso que cobran mucho por la comisión. Como son extranjeras no están bajo las leyes de Honduras”.
Cada vez que compran bitcóin, los hondureños pagan comisiones de entre 1% y 13%, depende de la suma que el inversor paga en dinero fiduciario, como el dólar (la moneda de reserva de Honduras).
Ángel Jiménez, presidente del CHE en el norte, tiene claro que “hasta ahora los únicos que están haciendo negocios reales son las empresa extranjeras que venden las criptomonedas: los hondureños pagan con dólares y reciben algo virtual”.
“Hay empresas que después de hacer dinero desaparecen y quedan muchos estafados. Esa es una de las razones por las cuales las autoridades deben regular el uso. El Salvador aprobó el bitcóin como moneda de curso legal y de esta manera protege a los ciudadanos de las estafas”, expresó.
Un informe del Foro Económico Mundial (WEF) titulado “La Macroeconomía: Impacto de las criptomonedas y monedas estables” destaca que los salvadoreños, por usar la red Lightning, lograron reducir las comisiones.
Carlos Leonardo Paguada, fundador de Blockchain Honduras, dijo que Santa Lucía “será como un ratón de laboratorio que le permitirá al BCH y a la CNBS aprender sobre el tema para regular el uso”.
“Es necesario crear un marco legal. Alcaldes y empresarios de muchos municipios están entusiasmados y nos han llamado para saber más del BTC”, dijo Paguada.