Dicen quienes conocen ambas ciudades que, si Estados Unidos tuviera una Valencia, ésta sería, sin duda, Las Vegas. La capital norteamericana del juego tiene, es cierto, un marcado gusto por lo monumental, una tendencia casi fallera a las reconstrucciones exageradas. Hay aquí un casino que representa una Venecia en miniatura.
La pirámide de cristal y neón del sur del bulevar de Las Vegas es de casi el mismo tamaño que la de Giza, en Egipto. Hay volcanes, lagos y bosques, todos artificiales. Por eso llama la atención que, cuando un casino ha decidido dedicarle un rincón a algo tan intrínsicamente valenciano como la paella, haya decidido hacerlo por la vía más inesperada en esta ciudad: una autenticidad tan realista como una novela de Vicente Blasco Ibáñez.
Fue idea del célebre chef de origen asturiano afincado en EUA José Andrés: abrir dentro del nuevo y lujoso hotel The Cosmopolitan un restaurante, Jaleo, que exhibe un paellero en su parte central. Invirtió 750.000 euros en erigir en el centro del local una cocina rústica de leña donde el cocinero alicantino Rafael Salines Catalá prepara paella con conejo, pollo y judías verdes; paella de verduras de temporada; arroz a banda con bogavante, y arroz con costillas de cerdo ibérico de bellota.
El resultado es un fogón y unos platos que nada tienen que envidiar a los que se preparan al aire libre los domingos en las barracas cercanas al marjal de la Albufera. Los ingredientes son, en su mayoría, importados. El componente crucial, el arroz viene directamente de Sollana. La leña es de naranjo. La pasión es valenciana.