11/12/2025
12:20 AM

L 350 millones cuesta limpiar Tapón de los Oros

  • 20 enero 2009 /

Uno de los factores que contribuyen a las inundaciones y provoca daños al medio ambiente es la extracción sin control de arena y otros materiales selectos en los cauces de los ríos.

    Uno de los factores que contribuyen a las inundaciones y provoca daños al medio ambiente es la extracción sin control de arena y otros materiales selectos en los cauces de los ríos.

    El ingeniero Luis Alonso López, coordinador de proyectos de la Comisión Ejecutiva en el Valle de Sula, Cevs, dijo que debido a ello se destruyen a menudo muchos árboles, como el sauce que evita la erosión en las riberas, y las gramíneas como el camalote, que forman un colchón natural donde se estrella la corriente fluvial. Ambas especies deben conservarse porque dan protección natural a los ríos y riachuelos, dijo.

    Otro factor destructivo es el sedimento arrastrado por la lluvia desde las montañas, que representa el diez por ciento de todo lo que cae en el cauce del río. Según cifras confirmadas por los técnicos, entre 600 y 800 metros cúbicos por kilómetro cuadrado es el sedimento que baja de las montañas a los ríos por efecto de la erosión.

    Concesiones
    Manifestó que la Dirección de Fomento de la Minería, Defomin, es la que se encarga de aprobar o desaprobar los permisos de explotación de minerales no metálicos y por tanto otorga la mayoría de concesiones.

    Incluso las municipalidades tienen que comprar a los concesionarios material de construcción de sus propios ríos para sus obras, dijo.

    Según la ley, las municipalidades sólo tienen derecho de sacar diez metros cúbicos diarios de material de cualquier área de un río.
    Otro de los ingenieros dijo que esta cifra es insultante para una municipalidad porque con esa cantidad de material sólo se podría construir un aula de clase.

    Los estudios hechos por la Cves, establecen que del río Chamelecón, sólo del Tapón de los Oros hasta la salida del mar, se necesita sacar diez millones de metros cúbicos de material de sedimento, pero para hacerlo es necesario invertir entre 350 y 400 millones de lempiras, que dicha entidad no tiene.

    Este río tiene la capacidad de depositar en el mar 1,400 metros cúbicos de agua por segundo en una crecida, pero por la obstrucción del sedimento sólo puede depositar 600 metros por segundo.

    Por eso, en la pasada tormenta, el Valle de Sula se inundó fácilmente y se destruyeron miles de hectáreas de cultivos.
    Otros ejemplos son Crique Martínez y el río Tinto, que recogen el drenaje de los alivios del Ulúa en su margen derecha y significan 1,600 metros cúbicos de agua por segundo, que tampoco pueden salir al cien por ciento porque se han acumulado otros diez millones de metros cúbicos de sedimento.

    El sedimento es arrastrado al mar por exceso de acumulación, pero cae en la bahía de Puerto Cortés. En vista de ello, la Empresa Nacional Portuaria paga muchos millones de lempiras para dragar los accesos a sus muelles y mantenerlos operativos.

    Más represas son la solución

    El Valle de Sula recibe el 23 por ciento de las aguas lluvias que caen en el país. La pasada tormenta 16 produjo 4,600 metros cúbicos de agua por segundo.

    La cuenca del Ulúa retuvo 1,600 metros cúbicos durante el evento y la represa El Cajón, 3 mil metros cúbicos por segundo. Significa que esta represa salvó al Valle de un desastre mayor.

    Los expertos ratifican que la única solución permanente de este problema es la construcción de las represas El Tablón, Jicatuyo y Los Llanitos, que son autofinanciables. Según las cifras, los tres proyectos generan 300 megas de energía, como El Cajón.

    Al comercializar el kilovatio hora a dos lempiras, resulta un ingreso bruto de 14 millones de lempiras por día.
    Al año se convierten en 5,256 millones. Amortizados en una concesión de 35 años, las represas quedarían pagadas, incluyendo la ganancia del concesionario, estiman los expertos.