Nueva York, Estados Unidos.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, destacó en su ponencia en la 71° Asamblea General en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que la crisis de refugiados y los flujos migratorios son “un problema global” que ha provocado que las fronteras políticas pierdan “importancia”.
En su discurso, Hernández aseguró que Honduras, ha visto “de manera preocupante” cómo este año aumentaba “el flujo migratorio” por su territorio de personas en su mayoría del continente americano, “pero también de otros”.
“En solo un año, los flujos migratorios han aumentado en un 300% en nuestro territorio”, aseguró.
La migración es un problema “cada vez más de orden transnacional”, a raíz del cual “se ha reducido la importancia de fronteras políticas”, y el crimen organizado tampoco tiene “nacionalidad ni escrúpulos”, argumentó.
Logros
Hernández, que llegó al poder en enero de 2014, hizo balance de sus 32 meses en el cargo, y defendió que se ha reducido el déficit fiscal, la economía ha crecido de forma “sostenida” y se han empezado a combatir las causas de raíz que generan la emigración.
“Hemos iniciado una lucha contra corrupción y la impunidad, que ha sido una de nuestras principales preocupaciones, y ya hemos tenido éxitos notables”, aseveró.
También se han “salvado miles de vidas” al combatir la inseguridad ciudadana.
“Pero reconozco que lo que queda por hacer es todavía más grande. No debemos quitar nuestra vista del futuro, ni perder el rumbo ni abandonar el camino bueno que hemos emprendido”, destacó.
Responsabilidad al informar
Hernández también ocupó buena parte de su discurso para defender y reflexionar sobre el derecho de las víctimas de la violencia.
“Los países hemos desarrollado instrumentos internacionales para proteger y promover los derechos de la persona humana. Sin embargo, frente a las agresiones de criminales comunes y terroristas, no hemos protegido la imagen de las víctimas”, lamentó.
Aseguró que, contrario a proteger la dignidad de las personas, el uso de la fuerza, el recurso al terror y la violencia se exaltan y se promueven por distintos medios, pero “las víctimas también tienen derechos; reflexionemos”.
Los mismos criminales utilizan las imágenes e historias para destacar los hechos violentos y estimular a seguir cometiéndolos, indicó. “Los países que hemos vivido la violencia criminal, además de perder nuestra paz y del dolor que produce la pérdida de vidas humanas, experimentamos un sentimiento de injusticia al no respetarse los derechos de las víctimas, sus familiares y amigos”, expresó.
A la vez le preguntó a la humanidad si las personas y sus familiares que han sido víctimas de la delincuencia no tienen derecho a que se respete su dignidad y no se muestre la crueldad de la que han sido víctimas.
Por esta razón cuestionó la responsabilidad de informar sobre los hechos sangrientos, ¿Por qué se respeta la sucesión de los bienes materiales, pero no se protege la imagen y la dignidad de los fallecidos?, dijo.
Llamó a reflexionar sobre este tema que afecta, además de las víctimas, a familiares y generaciones enteras que pierden sensibilidad frente a estos hechos condenables.
Estas generaciones crecen considerando que el temor, la intimidación y las agresiones son parte de la vida cotidiana, declaró.
Honduras convoca a trabajar juntos para enfrentar los desafíos y ser parte de la solución; ha llegado la hora de actuar con determinación y empeño, indicó.
“Los invito a que resolvamos los problemas asumiendo la responsabilidad que a cada uno de nosotros corresponde”, concluyó su discurso en las Naciones Unidas.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, destacó en su ponencia en la 71° Asamblea General en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que la crisis de refugiados y los flujos migratorios son “un problema global” que ha provocado que las fronteras políticas pierdan “importancia”.
En su discurso, Hernández aseguró que Honduras, ha visto “de manera preocupante” cómo este año aumentaba “el flujo migratorio” por su territorio de personas en su mayoría del continente americano, “pero también de otros”.
“En solo un año, los flujos migratorios han aumentado en un 300% en nuestro territorio”, aseguró.
La migración es un problema “cada vez más de orden transnacional”, a raíz del cual “se ha reducido la importancia de fronteras políticas”, y el crimen organizado tampoco tiene “nacionalidad ni escrúpulos”, argumentó.
| Tema ambiental
El mandatario hondureño instó a países miembros de la ONU a ratificar el convenio de cambio climático de parís.
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Hernández, que llegó al poder en enero de 2014, hizo balance de sus 32 meses en el cargo, y defendió que se ha reducido el déficit fiscal, la economía ha crecido de forma “sostenida” y se han empezado a combatir las causas de raíz que generan la emigración.
“Hemos iniciado una lucha contra corrupción y la impunidad, que ha sido una de nuestras principales preocupaciones, y ya hemos tenido éxitos notables”, aseveró.
También se han “salvado miles de vidas” al combatir la inseguridad ciudadana.
“Pero reconozco que lo que queda por hacer es todavía más grande. No debemos quitar nuestra vista del futuro, ni perder el rumbo ni abandonar el camino bueno que hemos emprendido”, destacó.
Responsabilidad al informar
Hernández también ocupó buena parte de su discurso para defender y reflexionar sobre el derecho de las víctimas de la violencia.
“Los países hemos desarrollado instrumentos internacionales para proteger y promover los derechos de la persona humana. Sin embargo, frente a las agresiones de criminales comunes y terroristas, no hemos protegido la imagen de las víctimas”, lamentó.
Hoy no somos ni el primero ni el segundo ni el tercero ni el cuarto ni el quinto país más violento del mundo de acuerdo al índice Global de Paz Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras
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Los mismos criminales utilizan las imágenes e historias para destacar los hechos violentos y estimular a seguir cometiéndolos, indicó. “Los países que hemos vivido la violencia criminal, además de perder nuestra paz y del dolor que produce la pérdida de vidas humanas, experimentamos un sentimiento de injusticia al no respetarse los derechos de las víctimas, sus familiares y amigos”, expresó.
A la vez le preguntó a la humanidad si las personas y sus familiares que han sido víctimas de la delincuencia no tienen derecho a que se respete su dignidad y no se muestre la crueldad de la que han sido víctimas.
Por esta razón cuestionó la responsabilidad de informar sobre los hechos sangrientos, ¿Por qué se respeta la sucesión de los bienes materiales, pero no se protege la imagen y la dignidad de los fallecidos?, dijo.
Llamó a reflexionar sobre este tema que afecta, además de las víctimas, a familiares y generaciones enteras que pierden sensibilidad frente a estos hechos condenables.
Estas generaciones crecen considerando que el temor, la intimidación y las agresiones son parte de la vida cotidiana, declaró.
Honduras convoca a trabajar juntos para enfrentar los desafíos y ser parte de la solución; ha llegado la hora de actuar con determinación y empeño, indicó.
“Los invito a que resolvamos los problemas asumiendo la responsabilidad que a cada uno de nosotros corresponde”, concluyó su discurso en las Naciones Unidas.
