Tegucigalpa, Honduras.
En medio de la desesperación e impotencia de los heridos y sus familiares que clamaban información, el personal del Hospital Escuela sacó la casta y se organizó para atender a la oleada de heridos que les llegaba desde la tragedia en el kilómetro 10 de la carretera del sur.
La sala de emergencias del Hospital Escuela por un momento colapsó ante la llegada, uno tras otro, de las 39 personas que resultaron heridas en el accidente, de las que cuatro fallecieron.
Las enfermeras y médicos corrían desesperados de un lado a otro para ayudar a quienes habían ingresado en el centro hospitalario.
En las afueras del centro asistencial, los familiares lloraban desesperadamente al no tener ninguna noticia de la parte médica.
A medida que pasaba el tiempo, la sala de urgencias se volvió insuficiente, al grado que la Cruz Roja Hondureña instaló en las afueras del hospital una carpa adonde se atendió a las personas heridas con menor gravedad. Los más afectados por el accidente fueron ingresados en el quirófano para ser intervenidos.
De los heridos, 31 permanecen en condiciones estables, según confirmaron las autoridades. Otros cuatro se encuentran graves y en constante observación médica; estos tienen fuertes golpes y heridas en la cabeza y espalda.
Como si se tratase de zona de guerra, el suelo de la sala de emergencias del centro asistencial se mantuvo manchado de sangre por las múltiples heridas de las víctimas del accidente.
Drama
Rostros de dolor, desconsuelo, tristeza y llanto eran parte del ambiente anoche en las afueras del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, hasta donde fueron trasladados los cuerpos de las 23 personas fallecidas en el trágico accidente.
Debido a la cantidad de cadáveres y las condiciones en que fueron ingresados, las autoridades de Medicina Forence conformaron un equipo interdisciplinario con expertos en dactiloscopia y odontólogos. Fue mediante las huellas dactilares y placas dentales que las autoridades identificaron varios de los cuerpos de las víctimas.
En medio de la desesperación e impotencia de los heridos y sus familiares que clamaban información, el personal del Hospital Escuela sacó la casta y se organizó para atender a la oleada de heridos que les llegaba desde la tragedia en el kilómetro 10 de la carretera del sur.
La sala de emergencias del Hospital Escuela por un momento colapsó ante la llegada, uno tras otro, de las 39 personas que resultaron heridas en el accidente, de las que cuatro fallecieron.
Las enfermeras y médicos corrían desesperados de un lado a otro para ayudar a quienes habían ingresado en el centro hospitalario.
En las afueras del centro asistencial, los familiares lloraban desesperadamente al no tener ninguna noticia de la parte médica.
| Los familiares de los heridos también ayudaron a los médicos a trasladar a los pacientes.
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De los heridos, 31 permanecen en condiciones estables, según confirmaron las autoridades. Otros cuatro se encuentran graves y en constante observación médica; estos tienen fuertes golpes y heridas en la cabeza y espalda.
Como si se tratase de zona de guerra, el suelo de la sala de emergencias del centro asistencial se mantuvo manchado de sangre por las múltiples heridas de las víctimas del accidente.
| Varias personas cargan el ataúd de una de las víctimas del trágico accidente en las afueras de la morgue.
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Rostros de dolor, desconsuelo, tristeza y llanto eran parte del ambiente anoche en las afueras del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, hasta donde fueron trasladados los cuerpos de las 23 personas fallecidas en el trágico accidente.
Debido a la cantidad de cadáveres y las condiciones en que fueron ingresados, las autoridades de Medicina Forence conformaron un equipo interdisciplinario con expertos en dactiloscopia y odontólogos. Fue mediante las huellas dactilares y placas dentales que las autoridades identificaron varios de los cuerpos de las víctimas.
