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Hondureños migran por falta de oportunidades e inseguridad

  • 08 septiembre 2020 /

Para muchos hondureños 'la violencia es la causa directa de su salida del país', señala el documento titulado 'Deportaciones, Inseguridad y la migración circular'.

Tegucigalpa, Honduras

La inseguridad que sufren en su país y la búsqueda de mejores oportunidades son las principales causas de la migración de ciudadanos de Honduras, alerta un estudio divulgado este martes por el Observatorio de Migraciones Internacionales en la nación centroamericana.

Para muchos hondureños 'la violencia es la causa directa de su salida del país. Sin embargo, la violencia es también un efecto de la desigualdad social en el país más desigual de América Latina', señala el documento titulado 'Deportaciones, Inseguridad y la migración circular'.

Las naciones de Centroamérica han sido 'históricamente catalogadas como regiones muy pobres con indicadores de desarrollo humano muy bajos' y, en la última década, Honduras ha experimentado 'dramáticamente cambios no muy esperanzadores', añade.

Durante la última década, los indicadores de violencia registraron 'los números más altos de la región y del mundo, casi el 70 % de la población vive en pobreza, la tasa de paro (desempleo) actual es la más alta de la década y 5 de cada 10 hondureños que trabajan están subempleados, o sea, ganan menos del salario mínimo establecido o trabajan menos horas del horario normal', destaca el informe.

'UNA VIDA DE POCAS POSIBILIDADES'

Amelia Frank-Vitale, una de las investigadoras del estudio, dijo que muchos hondureños deciden emigrar porque en su país 'encuentran una vida de muy pocas posibilidades y pocas oportunidades, por lo que se mezclan los factores económicos y de seguridad'.

Aseguró que muchas personas jóvenes ven en Honduras 'un panorama de muy poca posibilidad para (tener) un futuro digno y que no promete mucho' debido a la pobreza, la inseguridad, la falta de estructuras para garantizar la salud, la educación.

Los jóvenes buscan 'tener algo más allá del día a día', enfatizó Frank-Vitale, que señaló que la posibilidad de que las personas tengan todo lo que sueñan 'está tan limitado' en el país.

'Muchos jóvenes que migran no ven como vivir una vida plena en Honduras lastimosamente', subrayó la experta.

VIOLENCIA DE PANDILLAS

La violencia de las pandillas es uno de los resultados de un 'complejo sistema' que obliga a miles de personas a abandonar su lugar de origen, indica el estudio del Observatorio de las Migraciones Internacionales en Honduras.

'Analógicamente, se puede decir que la migración y la violencia pandilleril son hijas de la misma madre. Las políticas económicas de desarrollo implementadas en Honduras históricamente, en su versión neoliberal, han despojado a la mayoría de la población del bienestar social y económico en las últimas décadas', agrega.

Destaca además que cuando organizaciones no gubernamentales o programas impulsados por Estados Unidos se enfocan en la 'reinserción de las personas deportadas, están perdidos'.

A diferencia de El Salvador, la violencia en Honduras 'es multicausal y cuenta con una diversidad de actores y agentes persecutores, entre ellos las maras y pandillas-, claro, pero también grupos de sicarios, cárteles de droga, grupos paramilitares o de vigilantes dedicados a la limpieza, y las mismas fuerzas policiacas, militares, y estatales', señala el documento.

El departamento de Atlántida, en el Caribe de Honduras, es considerado actualmente como la región con el mayor índice de homicidios, por lo que 'culpar a las maras como la fuente absoluta de la inseguridad en Honduras es erróneo'.

POCOS DENUNCIAN

La Policía Nacional de Honduras recomienda a las víctimas de la violencia que interpongan una denuncia oficial 'justo cuando estén listos para irse del país', porque saben que en la institución hay elementos que 'colaboran con toda la variedad delincuencial'.

Por la extensa geografía de inseguridad, muchos jóvenes hondureños llegan a México o a Estados Unidos 'huyendo de la violencia en sus comunidades', pero la mayoría son capturados y luego deportados a su país, donde 'son asesinados a su regreso', aunque no existen cifras oficiales al respecto.

Muchos de los jóvenes que no pueden quedarse en el país y tampoco encuentran protección afuera son recibidos 'con los brazos abiertos por las mismas maras, pandillas y los cárteles de droga tanto en Honduras como en México, ahí sí es bienvenido', enfatiza el estudio. EFE