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Hondureño migrante muere deshidratado en desierto de EUA  

  • 16 agosto 2016 /

El santabarbarense Miguel Názar salió el 11 de julio decepcionado por no encontrar trabajo en Honduras.

San José de Colinas, Santa Bárbara.

Miguel Ángel Názar, originario de Colinas de Santa Bárbara, salió el 11 de julio de 2016 en busca del sueño americano con síntomas de la enfermedad del zika.

El joven le dijo a sus familiares que buscaría tratamiento en el camino, pues su fin máximo era darle un mejor futuro a sus seres amados.

Miguel se desesperó por no encontrar trabajo en Honduras, por más que buscó le fue imposible. La situación lo obligó a salir del país de forma indocumentada rumbo a Estados Unidos, pero no logró llegar.

Murió de forma natural en el desierto de McLean, que es un pueblo ubicado en el condado de Gray del estado de Texas.

Durante tres semanas los familiares en San José de Colinas estuvieron pendientes de su trayectoria, pero en los últimos días se perdió la comunicación.

Foto: La Prensa

Este padre hondureño murió en EUA buscando mejores oportunidades para su familia en Honduras. El joven ya había estado en Estados Unidos.
Un día el teléfono sonó, era Miguel. Uno de sus primos atendió la llamada, sus últimas palabras en el móvil fueron: 'Primo estoy perdido y temo por mi vida, estoy en McLean, en el desierto Texas, solo miro un rancho'.

El celular se apagó. Los familiares contactaron a la policía de ese condado de Texas para dar como desaparecido a Miguel Ángel Názar.

Durante tres días la policía buscó en el desierto al joven hondureño hasta que lo encontraron tirado cerca de un rancho, ya estaba muerto, con síntomas de deshidratación y muy delgado.

Foto: La Prensa

Miguel Ángel Názar iba mal de salud, según informaron sus parientes.

Cerca del cuerpo, el teléfono celular y su cartera. Tenía al menos 36 horas de haber fallecido por causas naturales.

La madre de Miguel Názar, Olfania Názar, solo pide al Gobierno de Honduras que le ayuden a poderlo traer de nuevo a su tierra natal para darle el último adiós.

Además de su madre, sus amigos están haciendo recolectas en el pueblo para poder ayudar a repatriar el cuerpo de Názar que está en una morgue en el condado de McLean, Texas.

Miguel era padre de una pequeña niña de 5 años de edad, a quien besó en la frente por última vez antes de salir en busca del fatal sueño americano.

Foto: La Prensa

Miguel era padre de una pequeña niña de 5 años de edad. Ya había vivido en Estados Unidos.
El pueblo de Colinas está de luto y solo esperan que el Gobierno, mediante la Cancillería hondureña, puedan ayudar a repatriar los restos de su buen hijo, padre y vecino, que no pudo encontrar trabajo en Honduras para ayudar a su familia.