Marvin Alexander Fernández Chicas (de 37 años) sacrificó su vida para salvar a dos menores de morir ahogados en un lago en Estados Unidos, y ayer sus restos mortales llegaron a Honduras para que su madre, hermana y amigos puedan darle hoy el último adiós.
El 29 de junio de 2023, este comayagüense trascendió como un héroe en los medios estadounidenses, pues pese a no saber nadar se lanzó sin dudar al lago Nockamixon, Pensilvania, para dar asistencia a estos dos inocentes, pero falleció ahogado.
Ayer miércoles, tras 34 días de espera, sus restos llegaron en un vuelo que arribó al mediodía a la terminal de carga del aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula y y luego fueron llevados al barrio Los Almendros, Comayagua, donde será velado y sepultado.
Este catracho, que se dedicaba al cuidado de equinos en ese estado, tenía 12 años de haber emigrado al país del norte en la búsqueda de dar una mejor calidad de vida a su madre y tres hermanos.
Hace 24 años, tras la muerte de su padre Gabino Fernández, él asumió el rol de padre en su hogar, comenzando labores a los 13 años en diferentes rubros en su natal y amada Comayagua. Por eso, desde pequeño se ganó el respeto y admiración de su familia y vecinos de la localidad, quienes hoy están “destrozados” por su partida, pero sienten un profundo orgullo al recordar que dio su vida al servicio de dos inocentes.
Su hermana Delmy Fernández (de 39) fue la encargada de recibir su cuerpo en la terminal aérea, y relató a LA PRENSA que en el 2020 deportaron a Marvin a Honduras, pero que se volvió a ir por el bien de su familia. Dijo que en los 12 años que estuvo en total no había podido solucionar su situación legal en Estados Unidos, pero que buscaba la forma de hacerlo, y de no ser positivo, regresarse el próximo año a trabajar en Honduras, pues amaba su país, pero por el desempleo y la pobreza había emigrado a Norteamérica.
Delmi manifestó que su hermano se desempeñó en mecánica automotriz y actualmente cuidaba caballos, pero la labor que más disfrutaba era la agricultura, y que era muy virtuoso en las labores que ejecutaba, pese a que no había cursado estudios superiores o especializados, y no terminar el bachillerato.
236,000 personas mueren por ahogamiento en el mundo cada año, es decir 646 cada día, según la Organización Mundial de la Salud.
“Aún no lo podemos creer, pero así quiso Dios. Él tiene un hijo de tres años llamado Dylan y otro de 18 años llamado Anderson, los cuales quedaron a cargo de su madre en Estados Unidos. Él quería seguir luchando, comprar sus cosas y venir de nuevo a Honduras, país que amaba, pero se había visto obligado a dejar por el desempleo”, comentó.
Su hermana dijo que él siempre fue ese “héroe” para su familia, y que esta acción de rescate, dio a conocer la naturaleza de su corazón bondadoso. “Marvin es el segundo de cuatro hijos, y tras la muerte de nuestro padre, él siendo un pequeño de 12 años asumió ese rol y se hizo cargo de nuestra familia trabajando”, agregó.
Su madre Ofelia Chicas (de 50) dijo no tener palabras para describir la nobleza de su hijo, el cual se preocupaba por su hermana y madre, pues sus otros dos hermanos estaban trabajando con él en Estados Unidos.
“Durante estos 12 años, mes a mes estuvo pendiente de nosotros. Yo quedé viuda desde los 27 años tras la muerte de mi esposo, ellos fueron el bordón mío. Lo que me dijo al irse, fue que lo hacía para ayudarme, y lo cumplió hasta el último día. Hoy en Comayagua muchos amigos, que han estado pendientes, acudirán a despedirse de mi hijo, alguien virtuoso e inteligente desde pequeño”, finalizó.
