Al cierre de la presente gestión gubernamental, el mapa de infraestructura del litoral atlántico del país refleja que su arteria principal, la carretera CA-13, continúa siendo el “talón de Aquiles” y la gran deuda pendiente de la presidenta Xiomara Castro.
Pese a las reiteradas promesas de una reconstrucción total, la realidad para viajeros y transportistas resulta desalentadora. En cuatro años de administración, la CA-13, severamente deteriorada en su capa asfáltica, solo recibió un mantenimiento superficial a finales de noviembre pasado, limitado a algunos tramos y cuyos trabajos hoy lucen abandonados.
La construcción de una nueva carretera quedó estancada en el Congreso Nacional, donde no se logró la aprobación de los préstamos gestionados con el Banco Mundial y el Gobierno de España. A esta situación se suma el proyecto del Corredor Turístico, en el tramo La Barca–Tela, que tras un inicio optimista también fue dejado en el olvido, afectando la conectividad de la región con el resto del país.
“Vamos a exigir al próximo Gobierno que continúe con estos proyectos para que se materialicen, porque el actual Gobierno solo fueron mentiras. También el ministro Octavio Pineda nos dijo que iba a construir el puente Saopín en La Ceiba a cuatro vías y solo nos engañó”, expresó José Lanza, empresario y expresidente de la Cámara de Comercio de Atlántida.
Proyectos que si avanzaron
Pese al panorama gris que presenta la carretera CA-13, la administración logró ejecutar obras puntuales en sectores estratégicos del litoral. Entre ellas destaca la pavimentación de las calles de acceso a los municipios de El Porvenir y Esparta —este último con sus primeros nueve kilómetros asfaltados—, así como la mejora del acceso turístico a la Laguna de Cacao, en el municipio de Jutiapa.
Destaca también la remodelación de la terminal internacional del Aeropuerto Guillermo Anderson, en La Ceiba, así como el inicio de la construcción del moderno hospital San Isidro, en la ciudad de Tocoa, Colón.
Asimismo, se ejecutó la construcción del puente sobre el río Esteban, en el municipio de Balfate, Colón, junto con el fortalecimiento de las subestaciones de energía, acciones orientadas a mitigar la crisis eléctrica que afecta a la zona.
Un reclamo generalizado
Para las fuerzas vivas de Atlántida y Colón, los proyectos locales —aunque necesarios— no compensan el peligro constante ni el impacto negativo en la economía que supone una carretera CA-13 en estado crítico.
“El Gobierno nos quedó a deber con la carretera CA-13. Prometieron reconstruirla por completo y nos engañaron. Solo llegaron a hacer un bacheo durante unos días y luego dejaron los trabajos abandonados”, lamentó Miguel Sánchez, productor del municipio de Tocoa.
Sin el aval del Congreso Nacional para el financiamiento internacional, la vía más importante para la exportación y el turismo continuará siendo un recordatorio de una promesa incumplida.
El préstamo que el Estado de Honduras gestionó con el Gobierno de España y el Banco Mundial (BM), por más de 179 millones de dólares (unos 4,600 millones de lempiras), destinado a la reconstrucción total de la carretera CA-13 —desde La Ceiba hasta Puerto Castilla—, quedó en suspenso.