19/04/2024
12:19 PM

Continúan los rescates aéreos de cientos de hondureños

Las Fuerzas Aéreas de Honduras y Colombia ejecutan rescates de cientos de personas que habitan en zonas de alto riesgo en el valle de Sula.

    SAN PEDRO SULA.

    Cargada en los brazos de su hijo bajó de un helicóptero de Colombia doña Reynalda Mejía, fue rescatada de la aldea Río Seco, en Santa Bárbara. Gersón Mejía relató que su madre (de 84 años) padece de alzheimer, por lo que no está consiente de lo que pasa.

    “Donde nosotros vivimos han ocurrido derrumbes y nuestra casita ya está en riesgo, por lo que nos tocó pedir ayuda y me vine con mi madre porque nunca la podría dejar sola, soy yo quien se encarga de cuidarla y darle todo lo que necesita”, relató mientras le daba alimento a su progenitora, quien observaba a su hijo y le sonreía.

    “Tomábamos agua de lluvia”: Es un habitante de la aldea Plancitos de Suyapa, en Santa Bárbara, quien manifestó que fue rescatado porque la comunidad está destruida, las quebradas salieron de sus cauces e inundaron viviendas y se quedaron si agua potable y sin luz eléctrica. “Siempre he vivido en la comunidad y en más de 80 años de vivir en la aldea nunca habíamos visto algo así. Los derrumbes se llevaron nuestras casas y estábamos a la deriva, estoy enfermo y ya teníamos cuatro días de estar sin comida y tomábamos agua lluvia”. René García, poblador de Plancitos en Santa Bárbara.

    Al igual que la familia Mejía, fueron varias mujeres, ancianos, personas discapacitadas y niños los que ayer en horas de la mañana fueron evacuados de la aldea Río Seco, ya que según informaron los mismos vecinos han ocurrido varios derrumbes y la comunidad está a punto de desaparecer.

    Solo ayer en horas de la mañana en helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana rescataron a unas 50 personas de diferentes comunidades de Santa Bárbara y Santa Cruz de Yojoa.

    La Fuerza Aérea Hondureña (FAH) también se desplazó a otros sectores del país como Cortés, El Progreso, Lempira, y otras zonas en donde rescataron a unas 150 personas.

    José Bohórquez, de la Defensa Civil Colombiana, manifestó que están trabajando de forma coordinada con las autoridades de Honduras, estando alertas a los llamados, y estos días han evacuado a personas que antes del paso de la tormenta Iota no querían irse de las comunidades, pero después del paso de las lluvias las zonas han quedado vulnerables y están solicitando ser rescatados, por lo que han ejecutado los rescates y traslados en zonas seguras a muchos hondureños.

    En los rescates se les ha dado especial prioridad a niños, mujeres y personas de la tercera edad.

    “Al llegar a tierra firme recibimos a las personas, les hacemos la prueba de covid-19, luego les hacemos una evaluación médica y son los doctores los que dicen si pueden quedarse en los albergues o de tener alguna complicación de salud son trasladados a los hospitales de San Pedro Sula. Todavía hay personas de diferentes partes que necesitan ser evacuadas, por lo que las aeronaves continúan con los trabajos de salvar vidas”, explicó el colombiano.

    “Me dio temor y salí nadando”. “Por voluntad de Dios estamos con vida, mi casa no fue destruida pero quedó inundada; pero ya no teníamos comida, ni agua, por lo que al llegar los helicópteros no lo pensamos y agradecemos a ellos por rescatarnos”, expresó Nilcia Sagastume, pobladora de la aldea Río Seco, en Santa Bárbara, quien contó que en lo que ha vivido nunca había visto tanto desastre en su comunidad. “Hemos pasado varias tormentas, pero como es una montaña ocurrieron varios derrumbes”, Nilcia Sagastume, pobladora de Río Seco en Santa Bárbara.

    Erasmo Sagastume es un anciano de 87 años que fue rescatado de Río Seco, él relató: “Todos los pobladores de esa aldea tienen que ser rescatados, hay grandes derrumbes y las quebradas inundaron varias casas, ahora esa es una zona de peligro donde no se puede habitar”.

    El señor agradeció a los rescatistas colombianos, dijo que no le dio tiempo de sacar nada, aunque ya había perdido casi todo porque su casa fue aterrada por un alud, pero estando en ese lugar temía por su vida.

    “Las lluvias siguen y la tierra se cae como nada, toda mi vida he vivido en Río Seco y nunca había visto tantos desastres. En la aldea se quedaron los hombres jóvenes, ya nosotros no tenemos fuerzas para ayudar porque estamos mayores; pero ellos también corren riesgo porque la montaña está saturada de agua”, contó Erasmo que caminaba lento sostenido de un bordón.

    “Quería salvarle la vida a mi madre”. Como un ejemplo de buen hijo, Gerson Mejía decidió salir de su aldea en Río Seco, Santa Bárbara, ya que aseguró que la comunidad fue destruida por la tormenta Iota, y aunque logró rescatar algunas cosas de su vivienda, lo primordial era salvar la vida de su madre, por lo que aceptó ser evacuados por rescatistas de Colombia. “No me importa haber dejado todo, lo único que pude cargar son algunos pañales para mi madre, ya que ella depende de mí porque está enferma, padece de alzheimer”, Gerson Mejía, poblador de Santa Bárbara.

    Al estar en tierra firme solo pidió apoyo para que lo trasladaran a la zona de Peña Blanca, en Santa Cruz de Yojoa, ya que aseguró que ahí tiene familia y no quiere quedarse en un albergue.

    El paso de la tormenta Eta dejó varias aldeas del país incomunicadas, pero con la tormenta Iota la situación empeoró porque en varias comunidades del valle de Sula las zonas incomunicadas aumentaron porque las carreteras fueron destruidas y solo pueden ser evacuados en helicópteros.

    Desde el paso de Eta, todos los helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña no han parado de rescatar a miles de personas de zonas delicadas como Choloma, La Lima, El Progreso, Yoro, Puerto Cortés, Santa Bárbara, Villanueva, Pimienta, entre otras de alto riesgo.

    Hoy seguirán con entregas de víveres en comunidades en las que sus pobladores ya tienen varios días sin alimentos ni agua.