Diversos sectores de la sociedad y políticos calificaron las acusaciones del oficialismo sobre que existe un plan para desestabilizar la administración de la presidenta Xiomara Castro como infantiles y que están teñidas de odio.
Fue la misma mandataria Castro y el asesor presidencial Manuel Zelaya quienes denunciaron que existen planes de conspiración de parte de sus detractores, quienes según ellos buscan repetir los hechos sucedidos en 2009, que culminaron en un golpe de Estado.
Desde la oposición política catalogaron que las acusaciones buscan el fin de victimizar al gobierno además de desviar la atención.
“Como último recurso ante la incompetencia, ante la falta de capacidad de gobernar, ellos acuden a lo que en su momento les funcionó que es hacerse la víctima y hoy lo que buscan es recordar los fantasmas del golpe de Estado para victimizarse, pero ya no les funciona porque la gente ya está inconforme”, expresó el diputado nacionalista Erasmo Portillo.
Claudia Ramírez, diputada del Partido Salvador de Honduras (PSH), dijo que “los que hablan de un golpe de Estado en el gobierno están enfermos, necesitan tomar un medicamento que se llama conciencia”.
La diputada del PSH, Maribel Espinoza, aseguró que “lo que hay es un discurso de odio promovido por Libre en contra de todos aquellos que pensamos diferente, incluso han llegado a la ridiculez de vincularnos con el PN”.