12/12/2024
12:43 AM

Hasta en L10,000 venden predios arriba de la cota 200 en El Merendón

Mientras las invasiones aumentan, las denuncias por destrucción siguen engavetadas.

San Pedro Sula, Honduras.

La situación es casi la misma de hace dos años con el agravante que las construcciones que estaban iniciadas ya están terminadas y los predios aumentaron de 8,000 a 10,000 lempiras el precio.

Si se tratara de un sitio cualquiera, esto sería un ejemplo de desarrollo urbano, pero se trata de zonas ubicadas arriba de la cota 200 en la montaña de El Merendón, adonde la destrucción, el descuido y el desinterés están a la orden del día.

Invadir predios en la montaña sigue siendo un buen negocio para los vividores y una oportunidad para aquellos que no tienen casa, porque con un poco de esfuerzo construyen una, sin importar el daño que hacen al medio ambiente.

Los invasores han hecho su agosto vendiendo terrenos que van desde 10,000 lempiras y más si usted se deja, pero si regatea puede obtenerlo hasta por 8,000 lempiras, esto con la complicidad de las autoridades por su desinterés en poner orden en la zona y proteger el llamado pulmón de San Pedro Sula.

Al cliente potencial le ofrecen agua, luz y hasta seguridad privada. Algunos asentamientos en plena montaña tienen hasta nombre.

Los hitos o mojones que demarcan la cota 200 en El Merendón están solo de adorno en la parte alta de La Primavera. Casas que el año pasado estaban a medio construir están completamente terminadas, hay colonias con sus calles, alumbrado público, vehículos de lujo aparcados frente a las viviendas de bloque, bien pintadas y algunas hasta con detalles lujosos.

La parte alta de la colonia Trejo, ya en la zona de reserva, está poblada, y pese a las múltiples denuncias de ambientalistas nada se ha hecho. La Fiscalía tiene en su poder denuncias desde 2009 por afectaciones a la montaña, que van desde tala ilegal de árboles hasta las construcciones de viviendas.

En un recorrido que hizo LA PRENSA se comprobó que muchas de las zonas invadidas en El Merendón son predios privados que no se puede hacer uso de ellos porque hay una prohibición del decreto 46-90.

Esas prohibiciones también están incluidas en la Ley del Ambiente; pero esas disposiciones han sido incumplidas y no se ha procedido ni a desalojar, tampoco a recuperar esas zonas donde la ocupación de la tierra está causando daño a las fuentes de agua.

Los informes en poder de la División Municipal Ambiental (Dima) establecen que se han hecho las inspecciones necesarias no solo en los altos de La Primavera, sino en otros sitios, como en la represa de Santa Ana y en la parte alta del sector conocido como Rancho El Coco.

Constan las remisiones de los informes al Ministerio Público, pero no se ha logrado parar las construcciones, y lejos de disminuir se han incrementado. En resumen, las denuncias están engavetadas.

Pero, proteger El Merendón se han vuelto un tema peligroso, confiesan algunos funcionarios que prefieren no dar su nombre, ya que en algunos sitios no pueden efectuar inspecciones porque hay grupos criminales que lo impiden, por lo que se está replanteando la estrategia a fin de trabajar casi de manera urgente para proteger la zona de reserva y las fuentes de agua.

El director de la Dima, Rodolfo Bueso, explicó que hay bastante presión sobre El Merendón. Constantemente estamos desbaratando aserraderos clandestinos, descombros de fincas de café y algunas construcciones, pero lo más son invasiones. “El tiempo de respuesta que tenemos muchas veces cuando se trata de descombros es de uno a dos días por ser muy lejos los sitios”, dice.

El gerente aseguró que para evitar estas situaciones el alcalde Armando Calidonio dio el visto bueno para que se cree la Policía de Bosque, que comenzará con 15 miembros. Estos recibirán una inducción diferente para trabajar en la protección de El Merendón. Si no hay control y vigilancia, siempre habrá invasores y deforestación, destacó Bueso.

Confesó que el gran temor es que grandes asentamientos que se han ubicado arriba del gimnasio municipal, en la parte alta de las colonias Trejo, Gracias a Dios y al lado de la represa Santa Ana, están aumentando, no se han podido desalojar y reubicarlas en otros lugares. “La situación del país no es la misma de años y hay amenazas fuertes a los empleados que van a realizar las inspecciones”, confirmó Bueso.