San Pedro Sula, Honduras.
Antes de la llegada del zika, el síndrome de Guillain-Barré era una enfermedad desconocida para la mayoría de la población, pues esta se diagnosticaba poco y no se sabía que podía ser consecuencia de un padecimiento secundario de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Los registros del hospital Mario Rivas establecen que son 30 los afectados por la enfermedad; aunque no todos fueron provocados por el zika, la mayoría tiene un nexo epidemiológico, situación que mantiene en alerta a los especialistas y autoridades de la Secretaría de Salud.
En el país ya son 133 las personas afectadas con el síndrome neurológico.
“Los diagnósticos que se han realizado desde diciembre de 2015 a la fecha ya superan el 100% de los casos tratados en años anteriores lo que podría llegar a convertirse en un brote”, expresó Arnold Thompson, neurólogo del hospital.
El mayor número de casos en ese sanatorio se ha registrado entre diciembre y marzo.
“Antes solo teníamos unos 12 casos por año, y que en ocho meses tengamos 30, sin duda alguna es evidencia de que los estudios que se están haciendo en cuanto a la relación del zika con la enfermedad son positivos”, añadió el doctor.
La preocupación latente es en cuanto a la capacidad de respuesta para estos pacientes que tienen los hospitales públicos del país.
“Muchos de los pacientes no han requerido unidad de cuidados intensivos (UCI) y eso nos ha ayudado porque el cupo en el hospital para esta sala es de cuatro camas y no son exclusivas para Guillain-Barré. Lo que hacemos cuando el cupo está lleno es que los atendemos en observación de Medicina Interna con su ventilador mecánico y médicos especialistas vigilan de manera permanente. Ningún país del mundo está preparado para atender una epidemia de pacientes con esta enfermedad que es tan demandante”, explicó Thompson.
Medidas
La Secretaría de Salud ha llevado a cabo algunas acciones para poder atender a estos pacientes.
“Ya tuvimos tres muertes por el síndrome aquí en San Pedro Sula y la dificultad para recuperarse de los afectados es grande. No queremos que esto siga ocurriendo, por eso se declaró emergencia por zika justo después de que la Organización Mundial de la Salud lo sugiriera y se han estado comprando ventiladores mecánicos para equipar los hospitales”, expresó Yolani Batres, ministra de Salud.
Existe un protocolo de atención para estos pacientes, y el hospital debe tener personal médico disponible para ellos las 24 horas, incluyendo laboratorios, enfermeras, ventiladores mecánicos y materiales.
Gina Grande, jefa de Pediatría del Seguro Social, dijo que han tenido un par de casos del síndrome que estuvieron en la unidad de cuidados intensivos pero afortunadamente se han recuperado de manera satisfactoria.
Tratamiento
La inmunoglobina es indispensable para salvar la vida del paciente, pero es un medicamento costoso.
“Cada frasco de cinco gramos cuesta unos 10,000 lempiras y se administra por kilo de peso, generalmente un paciente gasta a diario entre cinco y siete botes diarios si este pesa entre 60 o 90 kilos, si tiene más peso puede requerir más lo que representan 80,000 lempiras diarios por cinco días sin tomar en cuenta lo que le cuesta al hospital tener a un paciente en cuidados intensivos, por lo que sacar a ese paciente de estado crítico es bastante costoso en términos económicos”, detalló Thompson.
Según los doctores, un tratamiento de Guillain Barré sobrepasa los dos millones de lempiras por la serie de necesidades que requiere el paciente en cuidados intensivos y su recuperación.
Luego de que el paciente sale de la crisis, este debe iniciar un proceso de rehabilitación que puede tardar entre seis meses y un año, lo que significa que durante ese tiempo no puede trabajar y se convierte en una carga económica para la familia, ya que la mayoría de los afectados hasta el momento son hombres en edad productiva entre los 18 y 50 años.
Los especialistas documentaron que al inició de la epidemia del zika la manifestación del Guillain-Barré fue atípica, muchos pacientes llegaron al hospital porque no podían cerrar los párpados y en algunos casos no eran detectados oportunamente.
Antes de la llegada del zika, el síndrome de Guillain-Barré era una enfermedad desconocida para la mayoría de la población, pues esta se diagnosticaba poco y no se sabía que podía ser consecuencia de un padecimiento secundario de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Los registros del hospital Mario Rivas establecen que son 30 los afectados por la enfermedad; aunque no todos fueron provocados por el zika, la mayoría tiene un nexo epidemiológico, situación que mantiene en alerta a los especialistas y autoridades de la Secretaría de Salud.
En el país ya son 133 las personas afectadas con el síndrome neurológico.
“Los diagnósticos que se han realizado desde diciembre de 2015 a la fecha ya superan el 100% de los casos tratados en años anteriores lo que podría llegar a convertirse en un brote”, expresó Arnold Thompson, neurólogo del hospital.
El mayor número de casos en ese sanatorio se ha registrado entre diciembre y marzo.
“Antes solo teníamos unos 12 casos por año, y que en ocho meses tengamos 30, sin duda alguna es evidencia de que los estudios que se están haciendo en cuanto a la relación del zika con la enfermedad son positivos”, añadió el doctor.
La preocupación latente es en cuanto a la capacidad de respuesta para estos pacientes que tienen los hospitales públicos del país.
“Muchos de los pacientes no han requerido unidad de cuidados intensivos (UCI) y eso nos ha ayudado porque el cupo en el hospital para esta sala es de cuatro camas y no son exclusivas para Guillain-Barré. Lo que hacemos cuando el cupo está lleno es que los atendemos en observación de Medicina Interna con su ventilador mecánico y médicos especialistas vigilan de manera permanente. Ningún país del mundo está preparado para atender una epidemia de pacientes con esta enfermedad que es tan demandante”, explicó Thompson.
Medidas
La Secretaría de Salud ha llevado a cabo algunas acciones para poder atender a estos pacientes.
“Ya tuvimos tres muertes por el síndrome aquí en San Pedro Sula y la dificultad para recuperarse de los afectados es grande. No queremos que esto siga ocurriendo, por eso se declaró emergencia por zika justo después de que la Organización Mundial de la Salud lo sugiriera y se han estado comprando ventiladores mecánicos para equipar los hospitales”, expresó Yolani Batres, ministra de Salud.
Existe un protocolo de atención para estos pacientes, y el hospital debe tener personal médico disponible para ellos las 24 horas, incluyendo laboratorios, enfermeras, ventiladores mecánicos y materiales.
Gina Grande, jefa de Pediatría del Seguro Social, dijo que han tenido un par de casos del síndrome que estuvieron en la unidad de cuidados intensivos pero afortunadamente se han recuperado de manera satisfactoria.
Tratamiento
La inmunoglobina es indispensable para salvar la vida del paciente, pero es un medicamento costoso.
“Cada frasco de cinco gramos cuesta unos 10,000 lempiras y se administra por kilo de peso, generalmente un paciente gasta a diario entre cinco y siete botes diarios si este pesa entre 60 o 90 kilos, si tiene más peso puede requerir más lo que representan 80,000 lempiras diarios por cinco días sin tomar en cuenta lo que le cuesta al hospital tener a un paciente en cuidados intensivos, por lo que sacar a ese paciente de estado crítico es bastante costoso en términos económicos”, detalló Thompson.
Según los doctores, un tratamiento de Guillain Barré sobrepasa los dos millones de lempiras por la serie de necesidades que requiere el paciente en cuidados intensivos y su recuperación.
Luego de que el paciente sale de la crisis, este debe iniciar un proceso de rehabilitación que puede tardar entre seis meses y un año, lo que significa que durante ese tiempo no puede trabajar y se convierte en una carga económica para la familia, ya que la mayoría de los afectados hasta el momento son hombres en edad productiva entre los 18 y 50 años.
Los especialistas documentaron que al inició de la epidemia del zika la manifestación del Guillain-Barré fue atípica, muchos pacientes llegaron al hospital porque no podían cerrar los párpados y en algunos casos no eran detectados oportunamente.