Con aportaciones de organismos internacionales y algunos donativos del sector privado ha logrado subsistir el cuerpo de socorristas de la Cruz Roja Hondureña sección San Pedro Sula.
Este día, la institución arriba a sus 50 años de noble e incondicional servicio a la población sampedrana pese a las carencias y limitantes que enfrentan al no operar con los fondos suficientes que le permita estar a la altura de sus similares de Costa Rica y Panamá.
Quienes a lo largo de cinco décadas han formado parte de la organización y que por más que pasen los años continúan brindando sus aportes, dicen estar orgullosos de haber participado en los más grandes acontecimientos con el objetivo principal de proteger vidas humanas.
“Pertenecer a la Cruz Roja despertó en mí una gran sensibilidad social y humana. Cuando estamos dentro nos enfrentamos a muchas cosas, algunas de gran riesgo y otras no tanto, pero todas son un aprendizaje que nos hace recordar el porqué decidimos entrar en ella”, manifestó Héctor Estévez, uno de los primeros comandantes que lideró el cuerpo de socorristas en esta ciudad.
Estévez, aseguró que las carencias que actualmente afronta la organización no están muy alejadas de las que sufrieron las personas que durante los primeros años dieron su apoyo sin recibir nada a cambio, pero considera que son estas situaciones las que vuelven al cuerpo de socorristas de la Cruz Roja un grupo con particular espíritu de generosidad y bondad.
Laura Montoya, quien por 27 años fue paramédico voluntaria, relató las grandes experiencias que junto con sus compañeros vivió en asistencias como las de los huracanes Fifí, Mitch y la guerra entre Honduras y El Salvador (1969).
Explicó que para formar parte de la institución hace falta ser comprometido, solidario y arriesgado, pero sobre todo tener la suficiente humildad para hacer cualquier tipo de misión.
“Hacíamos cosas que ni en nuestras propias casas habíamos hecho, como lavar baños, por ejemplo. Hubo veces en las que no contábamos con dinero para comprar el equipo que ocupábamos y en la espalda nos subíamos un montón de escobas para salir a vender a las calles o también con rifas”, contó Eduardo Hause, veterano socorrista.
Alma Mendoza, directora de la Cruz Roja, indicó que son muchos los retos que tienen, ya que hay gran necesidad de equipo médico, sin embargo, afirmó que eso no los detiene para brindar asistencia calificada a la ciudadanía en el momento que lo requieran.