Haber nacido en la tierra en donde la virgen María decidió volverse catracha, es uno de los máximos orgullos que tienen cientos de pobladores de la aldea El Piligüín.
La belleza de la naturaleza y el valor histórico de esta comunidad se suman al orgullo de cada uno de los habitantes de este rinconcito del Distrito Central.La aldea se encuentra habitada por 2,500 personas, que a diario impulsan el desarrollo de la comunidad.
En este sector de la capital se cuenta con centros educativos, centro de salud y una ermita en la que se realizan las actividades religiosas.
También se encuentra el popular “Pocito”, en donde se estanca agua cristalina y que es muy visitado por considerarlo un signo de bendición.
En este punto alto de la ciudad, mucha de su población viaja a diario hasta la capital para trabajar, otros se dedican al cultivo de flores y hortalizas. El sello por su identidad mariana les identifica en cualquier sector que van, aseguran líderes de la aldea.
Los peregrinos. Sin importar si han recorrido largos trayectos o apenas un par de cuadras, todos llegan con el corazón sincero y humilde a pedir y agradecer a la Patrona de Honduras.
La mayoría de los fieles revela que su petición más sincera es que la Virgen de Suyapa les dé salud y empleo.
Estas solicitudes son más profundas cuando en el país todavía se vive una crisis sanitaria por la pandemia, que también ha golpeado de manera casi fulminante la economía del país.
A sus 60 años, don Santiago Velásquez salió desde tempranas horas de La Ermita, la aldea que se ubica en el municipio de Talanga, para visitar a la Virgen.
Su visita al templo no es inusual, pues lo hace cada 15 días, pero esta vez fue más especial porque asegura que la Morenita se le reveló en dos ocasiones.
Claribel Soto: “En la Ermita hay presencia de ella”
“A mí me pasó algo, yo siempre vengo a asear a la Ermita, y de repente siento una pequeña brisa, eran como las once de la mañana y de repente viene una amiga, yo le comenté sobre la brisa y ella me expresó que también sentía la brisa y que también sentía mucha paz. Yo sentí mucha emoción, eso me pasó hace unos dos años y eso me dejó claro que aquí en la Ermita hay mucha presencia de ella y de su paz”.

Rosario Araujo: “Siento mucha cercanía con la Virgen”
“Yo soy nativa de la aldea El Piligüín, me siento orgullosa de que aquí fue encontrada la Virgen, mis abuelitos me contaban sobre cómo se había encontrado a la Virgen. Yo siento mucha cercanía con ella, porque se miran sus milagros. Nosotros le hemos ofrecido por la salud de la familia. Hace cuatro meses estuve interna por covid-19, pero me alivié, yo pasé momentos difíciles. Tengo pendiente el viaje a la Basílica”.

Elvira Bustillo: “Me hizo un milagro con mi papá”
“He vivido bonitos años, a mí la Virgen me hizo un milagro con mi papá, quien tuvo un accidente. Yo se lo ofrecí a la Virgen y le prometí que si me lo aliviaba, yo iba a llegar con él a visitarla a Tegucigalpa. La Virgen María es la madre de todos nosotros, aquí eran unos cerros cuando la encontraron. Aquí todos nos sabemos el relato de cómo encontraron a Suyapa. Yo me siento bendecida porque aquí cerquita la tenemos”.
