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Garífunas piden mejorar sus carreteras

  • Actualizado: 05 enero 2010 /

Llegar a las comunidades garífunas de los municipios de Iriona, Juan Francisco Bulnes y Batalla constituye un verdadero reto que ha sido desatendido durante más de dos siglos por distintos Gobiernos.

    Llegar a las comunidades garífunas de los municipios de Iriona, Juan Francisco Bulnes y Batalla constituye un verdadero reto que ha sido desatendido durante más de dos siglos por distintos Gobiernos.

    Las travesías que se tienen que recorrer son conocidas por quienes viven en esos referidos lugares, adonde tal vez por el atraso en cuanto a infraestructuras se tienen casi intactas las creencias y costumbres aún arraigadas en el corazón de la población.

    Con un servicio de transporte caracterizado por autos de paila, con sistema de doble tracción, se surcan los caminos, que en muchos casos se hacen justo al reventar de las olas, en extensos tramos de playas.

    “Tenemos que utilizar este tipo de transporte porque no hay de otra. Aquí, como verá, los caminos son eso, caminos porque a esto no se le puede llamar carreteras. Pero seguimos en este olvido por parte de todos los Gobiernos que no les importa el sufrimiento de gente humilde”, dijo Juan Antonio Portillo, vecino de Iriona.

    Desde ese municipio hasta Bonito Oriental y ya en la salida para otros puntos del país hay transporte en bus, no así para Sangrelaya, Batalla y otras comunidades, adonde hay que llegar en lancha, en carro de paila, a caballos o caminando.

    Debido a lo dificultoso y las condiciones del tiempo, en diciembre y enero es una odisea entrar o salir, ya que se tiene que cruzar, al menos, cuatro barras, para llegar hasta batalla adonde los autos deben ser subidos en balsas, los costos llegan hasta los 600 lempiras de ida y regreso por barra.

    “Los pasajes por persona, de Batalla a Mocoa, son de 500 lempiras”, dijo un vecino del lugar.