19/04/2024
09:28 AM

Familias de mineros hondureños rezan por un milagro

En El Cerrón y Tiscagua, los parientes de los soterrados se dan fuerzas; otros se resignan a lo peor.

El Corpus, Choluteca, Honduras.

Al cuidado de su casa mientras su madre con sus hermanos pasan los días en la mina de San Juan Arriba, Kendi Marisol, de apenas 16 años, no pierde la esperanza de ver a su padre, Emilio Muñoz (42), regresar de la mina donde hace ocho días desapareció en la profundidad de la montaña.

“Mi papá es muy bueno, trabaja mucho. Yo sé que está vivo. Hace poco me dijo que no puedo estudiar por la pobreza, pero que pronto podré ir al colegio. Solo he pasado la primaria y quiero estudiar, pero ahora que mi papá no está creo que tengo que trabajar para ayudar a mi mamá”, manifestó apesarada Kendi.

Su madre, Leyla, pasa los días en la mina con su hija Yanori (13), Oslin (9) y Andy de tres meses. Por ahora Kendy y algunos vecinos cuidan la pequeña casa que Emilio les construyó con mucho esfuerzo. Un vecino de la familia comentó que no entiende por qué Emilio se metió al túnel aquel fatídico miércoles de la semana anterior, ya que él era jefe de personal de los mozos.

Devoción

Las familias de los mineros soterrados han preparado en sus casas altares con velas con la foto de los mineros.

En El Cerrón, Concepción de María, la mamá del minero ó scar Fúnez (18), Juana Gúnera, ya le reza a su hijo igual que en la casa de Wilmer Ramírez.

Tanto los grupos de jóvenes como adultos también preparan rezos en la casa de los hermanos Olvin y Florentino Anduray.

El equipo de LA PRENSA en dos ocasiones ha visitado las humildes casas de los ocho mineros a lo largo y ancho del departamento de Choluteca. En cada hogar impera el dolor de las familias, la resignación de haberlos perdido en unos casos; pero en otras familias está la esperanza de que volverán a verlos con vida.

Oración continúa

De nuevo LA PRENSA visitó a la abuela de Yovany Cárcamo, el más joven de los mineros soterrados, con apenas 17 años.

Irma confesó que su familia se mantiene en continua oración elevando plegarias a Dios para que su nieto pueda regresar a la casa si está vivo o que le entreguen el cuerpo para darle una digna sepultura.

La familia Cárcamo vive una doble preocupación, ya que la hermana de Yovany está casada con el también soterrado Arony Zepeda.

“Confiamos en los mineros que están trabajando. Hemos orado mucho y sea como sea queremos que nos entreguen a mi muchacho. Es difícil aceptar que los dejen allí, los queremos aquí”, agregó Irma.

Los rumores y la desinformación en los alrededores de la mina son constantes. Unos mineros en la zona comentaron que Irma, abuela del minero Yovanny, ya había mandado a abrir la sepultura para su nieto; sin embargo, la señora con tristeza en sus ojos negó esa información y contó que una pariente había fallecido.