Al menos tres civiles murieron ayer en un atentado con bomba contra un coche de la embajada de Estados Unidos cerca de Beirut, el último de una ola de ataques que amenaza la estabilidad de un Líbano inmerso en una grave crisis política.
El atentado, que coincide con la gira del presidente estadounidense George W. Bush por Oriente Medio, fue condenado por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y la embajada de Estados Unidos en Beirut. Varias fuerzas políticas libanesas, Francia e Inglaterra se sumaron a la condena.
Suceso
La explosión se produjo entre las localidades de Dora y de La Quarantaine, lindantes con el norte de Beirut.
'Una bomba de 15 kilogramos fue accionada al paso del vehículo estadounidense, que circulaba acompañado por otro auto que transportaba civiles', declaró un responsable de los servicios de seguridad que pidió conservar el anonimato.
Otras 26 personas resultaron lesionadas, entre ellas un pastor protestante estadounidense, que sufrió heridas leves.
Reacción
El ministro de Información libanés, Ghazi Aridi, denunció un 'ataque terrorista' destinado a 'desestabilizar el país'.