El Comando Sur del ejército de Estados Unidos analiza con sus homólogos de Centroamérica, Belice, Panamá, México y Colombia, en Managua, la implementación de estrategias conjuntas para contrarrestar el tráfico de drogas y otros peligros que amenazan a la región.
Los representantes tanto militares como civiles de estos países -Costa Rica y Panamá no tienen ejército- se reúnen en la VIII Conferencia Centroamericana de Seguridad, una reunión que Estados Unidos promueve anualmente con el objetivo de identificar los nuevos retos para la seguridad regional, en particular el narcotráfico.
'Necesitamos continuar nuestros esfuerzos para contrarrestar' el paso de la droga por la región centroamericana que 'aumentó un poquito' el último año, afirmó el jefe del Comando Sur del ejército estadounidense, almirante James Stavridis, en una rueda de prensa en Managua.
Centroamérica se ha convertido en ruta de tránsito de los cárteles de la droga a Estados Unidos, principal consumidor de estupefacientes.
'Los narcotraficantes son muy astutos porque cambian sus rutas y estrategias, por lo que la cooperación nos permite analizar, en foros como estos, las tendencias para ajustar nuestra estrategia conjunta y operativa', afirmo a la AFP el jefe de prensa del Comando Sur, José Ruiz.
La colaboración militar de Estados Unidos con el hemisferio permitió el año pasado que se interceptaran 250 toneladas de droga, valoradas en 5 mil millones de dólares, precisó Ruiz. Sólo en Centroamérica, se decomisaron más de 57 toneladas de cocaína, según datos proporcionados por los países de la región.
Las operaciones, que se desarrollan en coordinación con los ejércitos y los cuerpos policiales, tienen un impacto positivo porque reducen el nivel de ganancias de los cárteles y los actos criminales asociados al tráfico de droga que afectan a los países productores, de tránsito y consumidores, agregó.
La conferencia pretende revisar los mecanismos de cooperación existentes en materia de seguridad, hacer ajustes y tomar nuevas decisiones para 'poder lidiar con estas amenazas', indicó el portavoz estadounidense.
En la reunión, que durará dos días, también se abordará el problema de violencia que enfrentan Guatemala, Honduras y El Salvador por la proliferación de pandillas juveniles.
El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, atribuyó la semana pasada al incremento del tráfico de droga que pasa por el área hacia Estados Unidos la espiral de violencia que vive la región.
Asimismo, Stavridis anunció de manera indirecta que se podrían discutir en el foro las amenazas hechas por el grupo terrorista Al Qaeda de atacar a países petroleros como México.
El jefe del Comando Sur aprovechó el foro para reiterar la necesidad de que Nicaragua destruya los 1 mil misiles de fabricación rusa SAM-7 que el ejército guarda en sus arsenales, a lo que se niega el nuevo gobierno sandinista.
Admitió, sin embargo, que Nicaragua tiene el derecho soberano de decidir si destruirá las armas y que el conflicto en torno a este tema no perjudicará las relaciones militares entre ambos países.
Stavridis declinó comentar los problemas de seguridad que enfrenta por ejemplo Guatemala y los vínculos detectados entre las fuerzas de seguridad de ese país con el crimen organizado tras el asesinato de tres diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano, Parlacen.