El analista hondureño Julio Navarro considera que el conflicto derivado de elegir dos presidentes del Congreso Nacional debe buscársele una solución o una salida política.
Asegura el experto que el caos generado por la facción en la bancada del partido Libertad y Refundación y que dio lugar al surgimiento de dos directivas en el nuevo Congreso Nacional, no debería de complicar la paz en el país porque se trata de un problema de las cúpulas y no del pueblo.
“Considero que el pueblo ya dio su veredicto y es que apoya el respeto de los pactos”, declaró.
También asegura Navarro, que este conflicto “ha debilitado el liderazgo de Mel Zelaya, pero ha levantado la figura de Xiomara Castro porque nadie cree que ella dé alguna muestra de estar en una maniobra política”.
¿Qué está pasando en Libre?
Su bancada se dividió, pero sus bases no lo están y eso ayuda para que no haya peligro de una confrontación. El problema no radica en si es legal o no la situación, el problema es eminentemente político y de eso se va a derivar la legalidad.
En qué momento se originó la crisis, ¿cuando se logró el acuerdo entre Libre y el PSH o después de las elecciones?
El problema se originó cuando la dirigencia de Libre descuidó las reuniones con los diputados electos, los dejaron al libre albedrío. El otro problema es que no es lo mismo conducir un partido desde la oposición que conducirlo cuando se adquiere el poder. Los seres humanos con el poder se nos descubren todos los demonios habidos y por haber, porque el poder es real, pero también es facción.
¿La actual crisis es el resultado de una jugada del expresidente Manuel Zelaya Rosales?
No lo creo. Este conflicto ha debilitado el liderazgo de Mel Zelaya, pero ha levantado la figura de Xiomara porque nadie cree que ella dé alguna muestra de estar en una maniobra política. Xiomara siempre ha sido tajante y tildó de traidores -palabra fuerte- a los que incumplieron.
¿Qué denota la desobediencia de los diputados catalogados como “traidores”?
Que los intereses por el poder no están dentro de los límites de confianza que tienen los militantes de un partido.
¿Hacia qué dirección llevan los actores políticos al país?
Considero que, afortunadamente, con el apoyo de grandes sectores de la población hondureña habrá una salida política. Es decir que se trata de un problema de las cúpulas y no del pueblo, porque el pueblo ya dio su veredicto y es que apoya el respeto de los pactos.
¿La alianza está en riesgo de perder la confianza de la población?
Eso va a depender de las acciones que tome la presidenta al momento de llegar al poder. Nadie había previsto esta situación y también es difícil predecir si van a cumplir o no. El pueblo no exige mucho. No están pidiendo que los saquen de la pobreza, lo que ellos quieren es que no haya corrupción ni que se destruya el Estado como tal a base de impunidad.
A su criterio, ¿quiénes son los artífices de la insurgencia?
Primero, las ambiciones personales de una facción de Libre, seguido de la oportunidad que ve el Partido Nacional y el Partido Liberal de controlar el Congreso Nacional. El Partido Nacional estuvo expectante, mientras que el Partido Liberal, desde el inicio corrió a decir que apoyaba a Libre, pero no se convocaron para ver los acuerdos a los que llegaron. Entonces volvemos al tema del abandono del cabildeo político.
¿De qué forma afectará esta división el inicio del gobierno de Xiomara?
Sin duda, en las decisiones que tengan que tomarse en el Congreso Nacional. Son decisiones que requieren una mayoría, pero yo creo que habrá una recomposición porque tanto el Partido Nacional como el Liberal estarán leyendo lo que está pasando en las calles.
¿Cuál sería la mejor vía para solventar la crisis?
Buscar un diálogo interpartidario. Primero en Libre y luego con el resto de partidos para construir un pacto de gobernabilidad comprometido con los intereses del país.
¿Si hubieran nombrado a otro candidato del Partido Salvador de Honduras como presidente del CN, el escenario sería el mismo?
Considero que si Salvador Nasralla hubiera propuesto un candidato a diputado de Libre para presidir el CN, no estaríamos en esta crisis. La gran mayoría de diputados de Libre no estaba de acuerdo con Luis Redondo y eso le faltó a Salvador; era su responsabilidad, según el convenio.
¿Cómo cataloga el actuar de Xiomara Castro frente a la crisis?
Veo su actuar con una enorme decisión de ponerse al frente a salvar el triunfo categórico que tuvo en las elecciones y a cumplir los deberes que adquirió en el proceso preectoral.
¿Qué le espera a los diputados expulsados?
Los estatutos de Libre no plantean expulsión. Lo que a ellos les queda es que dentro de poco se reintegrarán a la bancada del partido Libre, porque tan legítimos son los diputados que salieron de Libre como los que quedaron.