04/12/2025
02:08 PM

En 2050 habrá menos agua dulce en el corredor seco, Tegucigalpa y SPS

Los ciudadanos y autoridades deben tomar medidas urgentes para proteger los bosques, plantar más árboles ante las predicciones de una mayor escasez de agua en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán, Comayagua y otras ciudades importantes

San Pedro Sula

Los habitantes y autoridades de Tegucigalpa, Comayagua, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán y otras ciudades ubicadas en el corredor seco deben proteger realmente los bosques, plantar más árboles y tomar medidas urgentes para que la escasez de agua no sea tan dramática al concluir las próximas dos décadas.

El World Resources Institute (Wri, Instituto de Recursos Mundiales) proyecta para 2050 un escenario desolador para los hondureños, pues tendrán que enfrentarse a niveles críticos de estrés hídrico, principalmente quienes viven en el corredor seco, también en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

El estrés hídrico se genera cuando la demanda de agua dulce es más alta que la cantidad disponible en las fuentes superficiales y subterráneas durante un determinado período a causa de diferentes factores, entre ellos, la expansión urbana, agrícola e industrial; cambio climático, gestión ineficiente del agua y contaminación.

Prestamistas secuestran tarjetas de débito a obreros de la maquila

Esta crisis no se desatará de manera súbita, es un proceso que data de hace algunas décadas y que avanza aceleradamente por la deforestación de los bosques, por ejemplo, en este momento, habitantes de muchos municipios del país ya tienen problemas para extraer agua de fuentes subterráneas, como en Santa Rosa de Copán, donde en 2030 la situación será mucho más dramática.

”Nosotros siempre hemos tenido problemas con el agua, ese es un problema histórico en Santa Rosa, pero hoy estamos más preocupados porque la ciudad ha crecido y estamos viendo que hay deforestación y eso lógicamente nos causará problemas en el futuro”, dijo Juan Manuel Maldonado, un ciudadano residente en Santa Rosa de Copán.

Al igual que Wri, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), basado en diferentes modelos predictivos, advierte que en Honduras habrá una reducción de la disponibilidad de agua (en fuentes superficiales y subterráneas) de 41% para finales de siglo, frente a una demanda creciente.

Personal de Copeco abastece de agua potable a habitantes de Tegucigalpa, donde en 2020 medio millón de pobladores tenían problemas de acceso al agua.

Aunque la situación para el occidente, centro y sur de Honduras será crítica, los niveles de estrés hídrico, definidos por Wri en la plataforma virtual Atlas de Riesgo Hídrico, serán mucho más altos en los municipios ubicados en la franja pacífica de El Salvador, país que será el más afectado en Centroamérica.

Puerto Cortés cae 84 puestos en Índice de Desempeño del BM

A nivel global, 25 países que albergan a una cuarta parte de la población mundial (entre ellos México), ya enfrentan cada año un estrés hídrico extremadamente alto. Según Wri, alrededor del 50% de la población mundial (unas 4 mil millones de personas) vive en condiciones de gran escasez de agua durante al menos un mes al año.

Expertos consultados por Diario LA PRENSA coinciden en que la única opción que tienen los hondureños para evitar escenarios dramáticos es proteger los bosques, las cuencas hidrográficas y plantar más árboles en áreas rurales y urbanas. Estos, cuando llueve, captan agua y permiten su filtración paulatina hasta los acuíferos de donde posteriormente es extraída y bombeada a los hogares.

Francisco García, quien hace década y media desempeñó el cargo de director noroccidental del Centro de Estudios y Control de Contaminantes (Cescco), considera que algunos municipios, como el Distrito Central, “ya están en una crisis que dificilmente se puede cambiar” a corto plazo.

”Yo soy de San Pedro Sula y fui a estudiar a Tegucigalpa y me quedé trabajando allá. Cuando trabajaba en el laboratorio químico de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, unos expertos japoneses de Jica (Agencia Japonesa de Cooperación Internacional) dijeron que el gobierno tenía que tomar medidas porque Tegucigalpa tendría graves problemas con la disponibilidad de agua. Eso me obligó a regresar a San Pedro Sula. Lo que ellos dijeron se cumplió, Tegucigalpa ya tiene una crisis de agua”, dijo García.

Ciudadanos acarrean agua en cubetas en una colonia de Tegucigalpa. Atrás la cisterna que los abastece.

Este ingeniero químico plantea que “la deforestación está acambando con las fuentes de agua en las partes altas y también la expasión de actividades agrícolas que demandan de más tierra para producir y causan contaminación con el uso de químicos y otros insumos”.

Para 2030, el Estado de Honduras, por haber firmado en 2015 la Agenda para el Desarrollo Sostenible, tendría que haber cumplido el objetivo número 6 (de los 17 establecidos en la lista de Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS), el cual lo bliga a “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.

Sin embargo, desde que el Estado firmó esa agenda, las diferentes administraciones gubernamentales no definieron estrategias tampoco ejecutaron planes para frenar la explotación ilegal de los bosques y la emisión de permisos de construcción en áreas forestadas.