La vicecanciller Martha Lorena Alvarado descartó ayer que haya riesgos de guerra civil a raíz de la crisis política que afronta este país tras la destitución del ex presidente Manuel Zelaya.
“Lo que sí quiero dejar claro, tanto en Honduras como a nivel internacional, es que las personas que hablan de una guerra civil no son los hondureños”, declaró la viceministra, luego que se suspendiera el diálogo de las comisiones con la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
“Eso lo escuché hace unos días del señor Hugo Chávez de Venezuela y lamento escucharlo de parte del mediador... yo quiero dejar constancia que en Honduras no hay un ambiente de guerra civil”, agregó. “Me parece eso como una forma muy sutil de llevarnos a una situación casi de pánico. No existe en Honduras una situación de guerra civil y es doloroso que se esté diciendo eso de parte quienes están estableciendo mecanismos de diálogo”, subrayó en alusión a Arias.
La funcionaria reconoció que “la crisis es un problema muy difícil y no se puede interrumpir el diálogo y qué bueno que el señor Arias va a tomarse el tiempo de 72 horas para analizar, no sé si a solas o con otras personas, la situación de Honduras”.
Alvarado expresó que la comisión tiene un mandato y es restringir las negociaciones dentro del campo que le permite la Constitución y las leyes, que excluyen la reincorporación de Zelaya a la presidencia. “Respetamos y agradecemos los oficios de buena fe del presidente Arias siempre conscientes de que es una mediación no juicio”, advirtió. Dijo ayer que la posición del presidente Roberto Micheletti no es la posición de una persona sino que de toda la institucionalidad de Honduras.
Alvarado comparó el intento de Zelaya de volver al poder con la situación vivida por su aliado venezolano Hugo Chávez cuando fue derrocado en 2002 y recuperó el Gobierno dos días después. “Este guión se vivió en Venezuela”, añadió.
Incoherencias
Muy poco podía esperar el pueblo hondureño del diálogo entre las comisiones del Gobierno y del ex presidente Zelaya, aunque fue beneficioso para conocer hechos trascendentes como que el depuesto mandatario persiste en su proyecto de montar una Asamblea Nacional Constituyente a su regreso a Honduras y que sigue los dictados de Hugo Chávez.
Los conceptos anteriores son parte de la opinión que el analista Raúl Pineda Alvarado expresó ayer tras conocer el resultado del diálogo.
A criterio de Pineda Alvarado, lo ocurrido en Costa Rica evidenció que no es Zelaya el que toma las decisiones sino que el grupo de presidentes que integran la Alba y, asimismo, se pone en perspectiva que el ex presidente hondureño tiene más apoyo en el exterior que dentro del país y que se muestra incoherente cuando repite el libreto que le ha elaborado el presidente Chávez.
Considera que la posición del gobierno de Micheletti es correcta porque la comisión nombrada no podía resolver sobre ciertos asuntos como el caso de la amnistía, ya que este recurso sólo es aplicable a delitos políticos y a delitos comunes conexos y Zelaya cometió faltas que no pueden ser objeto de negociaciones.
“Resulta absurdo y ridículo que Zelaya venga a exigir su restitución al Poder Ejecutivo fundamentándose en una norma constitucional que él declaró caduca e innecesaria y que había que sustituir por otro texto”, comentó Pineda Alvarado.
Recomendó a Zelaya que en un acto de patriotismo haga la declaración pública de que desiste de regresar al país.