San Pedro Sula, Honduras.
Basta con dar un recorrido por la cuarta avenida en la colonia Luisiana para constatar que las calles se han convertido en pantanos y dificultan el tránsito de los vehículos livianos, incluso el paso a los peatones.
Los conductores se quejan por el estado de la red aún no pavimentada de calles en esa comunidad y piden a las autoridades municipales que las reparen, ya que las últimas lluvias las han empeorado.
“Necesitamos que raspen urgentemente todas las calles porque los dueños de los carros están gastando demasiado dinero cada dos meses en la reparación de la dirección y la suspensión”, dice un taxista que pasaba por el lugar, quien no quiso dar su nombre.
Edwin Bardales, residente de la zona, considera que cada calle es un desastre y que los escapes de los carros por los charcos se arruinan con gran facilidad. Él solicita también a las autoridades que den el mantenimiento respectivo a las calles porque hace dos semanas hicieron una reparación y de nuevo se han empantanado.
Los residentes de la colonia mencionan también que es muy complicado encontrar quien quiera prestar el servicio de taxi porque nadie se arriesga a circular por las vías y quienes acceden les terminan cobrando más.
“Todos los días es un dolor de cabeza para los vecinos del sector sureste de la ciudad por el pésimo estado en que se encuentran las vías”, manifiesta Edwin Bardales, otro afectado.
El sistema pluvial de San Pedro Sula solo tiene capacidad de recibir entre 30 y 35 milímetros de agua. Esto significa que cada vez que llueve las calles se inundan en 15 minutos.
Esta situación perjudica a quienes residen en la Luisiana, por lo que sugieren el raspado de las vías para disminuir el problema.
Los colonos apelan a la atención de las autoridades de Obras Públicas para que le den prioridad a la zona.
Además de los “charcos”, en la Luisiana hay que lidiar con grandes agujeros que incrementan el gasto de los ciudadanos por pago de repuestos.
Basta con dar un recorrido por la cuarta avenida en la colonia Luisiana para constatar que las calles se han convertido en pantanos y dificultan el tránsito de los vehículos livianos, incluso el paso a los peatones.
Los conductores se quejan por el estado de la red aún no pavimentada de calles en esa comunidad y piden a las autoridades municipales que las reparen, ya que las últimas lluvias las han empeorado.
“Necesitamos que raspen urgentemente todas las calles porque los dueños de los carros están gastando demasiado dinero cada dos meses en la reparación de la dirección y la suspensión”, dice un taxista que pasaba por el lugar, quien no quiso dar su nombre.
Edwin Bardales, residente de la zona, considera que cada calle es un desastre y que los escapes de los carros por los charcos se arruinan con gran facilidad. Él solicita también a las autoridades que den el mantenimiento respectivo a las calles porque hace dos semanas hicieron una reparación y de nuevo se han empantanado.
Los residentes de la colonia mencionan también que es muy complicado encontrar quien quiera prestar el servicio de taxi porque nadie se arriesga a circular por las vías y quienes acceden les terminan cobrando más.
“Todos los días es un dolor de cabeza para los vecinos del sector sureste de la ciudad por el pésimo estado en que se encuentran las vías”, manifiesta Edwin Bardales, otro afectado.
El sistema pluvial de San Pedro Sula solo tiene capacidad de recibir entre 30 y 35 milímetros de agua. Esto significa que cada vez que llueve las calles se inundan en 15 minutos.
Esta situación perjudica a quienes residen en la Luisiana, por lo que sugieren el raspado de las vías para disminuir el problema.
Los colonos apelan a la atención de las autoridades de Obras Públicas para que le den prioridad a la zona.
Además de los “charcos”, en la Luisiana hay que lidiar con grandes agujeros que incrementan el gasto de los ciudadanos por pago de repuestos.
