Nunca se enojaba, al contrario, se reía de la adversidad, siempre buscaba una solución para todo, tampoco conocía el egoísmo y siempre impulsaba a sus compañeros a destacar en el periodismo, así era Rossell Posas (de 58 años).
Sus compañeros del canal 45TV de La Ceiba, donde laboró desde su fundación en 2004 hasta su muerte el domingo 13 de julio, y sus colegas de la Asociación de Prensa de Atlántida (APA), no dan crédito a su repentina muerte a causa de un cáncer de próstata.
Este lunes fue sepultado en horas de la tarde en el cementerio de barrio Mejía, con el profundo dolor de su madre, su esposa, sus hijos y demás familiares, así como amigos que lo despidieron con globos blancos.
El cortejo fúnebre salió desde la funeraria hasta el edificio de Comunicaciones del Atlántico, sede del canal 45TV luego el recorrido hasta su última morada.
"Rossel Posas era una persona alegre, lo vamos a recordar como un legendario del periodismo en La Ceiba, ya que él inició con los noticieros en la mañana cuando la televisión empezaba a ser fuerte", dijo el también periodista Juan Cayetano.
Tenía un poco más de dos décadas de laborar en los medios de comunicación de La Ceiba. También se desempeñó como corresponsal de canales nacionales. Hasta la fecha de su muerte lo hacía para la radio HRN de Tegucigalpa.
La enfermedad lo sorprendió
Rossell Posas luchó contra el cáncer de próstata que se le diagnosticó hace aproximadamente un poco más de un mes. Días antes de hacerse los exámenes, decía que sentía una sensación de dolor en la espalda baja que se intensificaba al subir las gradas para ir a su trabajo.
Lo avanzado de la enfermedad lo llevó a perder la batalla, aun sometiéndose a un riguroso tratamiento oncológico en San Pedro Sula a través del Seguro Social.
Hacía una semana había regresado para continuar con el tratamiento en La Ceiba. El pasado sábado, al caer la noche se sintió mal y fue llevado de urgencia al hospital Atlántida en una ambulancia del Cuerpo de Bomberos, donde falleció el domingo en horas del mediodía.
"Me dijo estoy listo si Dios me quiere llevar. Me mandó hablar con la esposa y cuando fui me dijo me voy, él murió a las seis de la tarde del sábado porque dejó de respirar y no tenía signos vitales, pero Dios lo sostenía y me hablaba. Me dijo, 'quiero irme', y con quién te vas le pregunté y me dijo: 'me voy con Jesucristo, allá quiero estar'", manifestó su hermana Alba Posas.