San Pedro Sula, Honduras.
Desde que se conoció la muerte de Fernando Martínez (22), vecino del barrio Sunseri, por el síndrome de Guillain Barré causado por el zika, los habitantes de ese sector y de Cabañas están alarmados.
Los vecinos aseguran que la cantidad de zancudos es insoportable y que la mayoría de los pobladores ya han tenido la enfermedad.
“Aquí vinieron a inspeccionar las casas, dieron bolsitas de abate y le pusieron la cinta amarilla a las que necesitaban fumigación; pero eso no sucedió. Nunca vinieron a fumigar las casas que dieron positivo y los zancudos son cada día más, tenemos miedo que nos pegue esa enfermedad y nos muramos también”, expresó Lourdes Castro, vecina de la 13 avenida del barrio Sunseri.
Sunseri y Cabañas son de los sectores más afectados por las enfermedades virales alcanzando índices de infestación larvaria del 12%, cuando lo aceptable por la Secretaría de Salud es del 5%.
Las autoridades de la Mesa Regional de Salud aseguran que contrario a lo que manifiestan los habitantes de los sectores afectados, sí se han realizado las fumigaciones correspondientes.
“No es posible que digan que no se ha intervenido el sector cuando, precisamente, el viernes se fue a fumigar, incluso la casa que habitaba el muchacho que murió de Guillain Barré”, dijo Juan José Leiva, director de Salud Municipal. La Región Metropolitana de Salud proporcionó a LA PRENSA el detalle de las intervenciones que se hicieron en Sunseri.
“Desde que se inició con las megaoperaciones contra dengue, zika y chikungunya se intervino el sector Sunseri y Cabañas, que de hecho fue donde se inauguró la campaña, solo en Sunseri se abatizaron 189 pilas, 66 casas estaban cerradas, de cada 100 casas inspeccionadas encontramos 12 positivas, se utilizaron más de 14,000 gramos de abate”, expresó Lorena Martínez, directora de la Región de Salud.
Martínez añadió que el problema de infestación es esa zona es porque los vecino no colaboran, no eliminan criaderos y por eso los esfuerzos no se ven tan reflejados como deberían.
“No podemos ir a barrer las calles y los patios de los vecinos todos los días”, concluyó.
Marina Martínez, madre de Fernando, confirmó ayer que luego del deceso, su casa fue una de las intervenidas.
Desde que se conoció la muerte de Fernando Martínez (22), vecino del barrio Sunseri, por el síndrome de Guillain Barré causado por el zika, los habitantes de ese sector y de Cabañas están alarmados.
Los vecinos aseguran que la cantidad de zancudos es insoportable y que la mayoría de los pobladores ya han tenido la enfermedad.
“Aquí vinieron a inspeccionar las casas, dieron bolsitas de abate y le pusieron la cinta amarilla a las que necesitaban fumigación; pero eso no sucedió. Nunca vinieron a fumigar las casas que dieron positivo y los zancudos son cada día más, tenemos miedo que nos pegue esa enfermedad y nos muramos también”, expresó Lourdes Castro, vecina de la 13 avenida del barrio Sunseri.
Sunseri y Cabañas son de los sectores más afectados por las enfermedades virales alcanzando índices de infestación larvaria del 12%, cuando lo aceptable por la Secretaría de Salud es del 5%.
Las autoridades de la Mesa Regional de Salud aseguran que contrario a lo que manifiestan los habitantes de los sectores afectados, sí se han realizado las fumigaciones correspondientes.
“No es posible que digan que no se ha intervenido el sector cuando, precisamente, el viernes se fue a fumigar, incluso la casa que habitaba el muchacho que murió de Guillain Barré”, dijo Juan José Leiva, director de Salud Municipal. La Región Metropolitana de Salud proporcionó a LA PRENSA el detalle de las intervenciones que se hicieron en Sunseri.
“Desde que se inició con las megaoperaciones contra dengue, zika y chikungunya se intervino el sector Sunseri y Cabañas, que de hecho fue donde se inauguró la campaña, solo en Sunseri se abatizaron 189 pilas, 66 casas estaban cerradas, de cada 100 casas inspeccionadas encontramos 12 positivas, se utilizaron más de 14,000 gramos de abate”, expresó Lorena Martínez, directora de la Región de Salud.
Martínez añadió que el problema de infestación es esa zona es porque los vecino no colaboran, no eliminan criaderos y por eso los esfuerzos no se ven tan reflejados como deberían.
“No podemos ir a barrer las calles y los patios de los vecinos todos los días”, concluyó.
Marina Martínez, madre de Fernando, confirmó ayer que luego del deceso, su casa fue una de las intervenidas.