20/12/2025
12:03 PM

El Cementerio General, ícono del arte fúnebre

El Cementerio General es dueño de una abundante diversidad cultural y artística muy poco estudiada.

El Cementerio General se ha convertido en un mudo testigo del pujante pasado de esta ciudad. Además es dueño de una abundante diversidad cultural y artística muy poco estudiada.

Su funcionamiento data desde principios del siglo 20 y es el camposanto más antiguo de la urbe, aunque no el más grande.

Precisar su número de nichos mortuorios es tan dificil como encontrar un documento fidedigno que narre su pasado.

Hace dos décadas por falta de espacio fue clausurado, sin embargo no está cerrado a más almas.

Entre sus desordenados y abundantes paisajes aún hay cupo para más difuntos.

No obstante, el espacio libre es propiedad de aquellos que pensando en el futuro adquirieron los lotes cuando apenas valían 12 lempiras.

Sus principios

En medio de la locura cotidiana de una ciudad industrial y en constante crecimiento, el Cementerio General pareciera ser un lugar ideal para respirar paz y tranquilidad.

Pero la calma que se vive en el Cementerio General a veces se ha visto alterada.

Héctor Sabillón Cruz, otrora alcalde de San Pedro Sula, cuenta que allá por los años 60 cuando fungía como regidor, toda la riqueza artística con la que cuenta el Cementerio General estuvo a punto de perderse por culpa del descuido y la negligencia.

La ciudad apenas tomaba el rumbo al desarrollo. La avenida Circunvalación era el límite poblado y el resto eran las afueras, consideradas verdaderos potreros.

El cementerio General no estaba cercado, por ende cualquiera entraba y hacía lo que quería.

Los saqueos estaban a la orden del día y muchos ocupaban las tumbas para realizar actos inmorales.

Los locos también lo usaban para dormir. Debido a que las calles no estaban bien delimitidas el cementerio era usado como camino real.

El ex alcalde cuenta que uno de esos locos era muy tremendo; le apodaban 'La Cucaracha' y no se tocaba el alma para asustar a los residentes del barrio Paz Baraona que cruzaban el cementerio para llegar a sus hogares. Por ésta y otras razones en la gestión municipal del entonces alcalde Guillermo Gutiérrez se autorizó la construcción del cerco perimetral. Eso fue entre 1960 y 1965 y pese a que era urgente el cercado se construyó a paso de tortuga.

Arte fúnebre

Las necrópolis son reductos de ciudades en los que se resumen buena parte de la historia, del comportamiento social y de la demanda artística durante un amplio arco temporal.

En países europeos el arte fúnebre es muy valorado.

La diversidad que abunda en el Cementerio General es el resultado de la herencia española; sin embargo, otras influencias culturales posteriores también destacan.

Entre las tumbas y mausoleos sobresalen los lujosamente construidos por antiguos residentes judíos, alemanes, españoles y palestinos. Para el caso, los judíos tienen su propio enclave así como los chinos.

Finamente tallados, también abundan las esculturas de ángeles que evocan el camino al cielo.

Entre sus diseños, muchos mausoleos semejan formas de castillos con diseños góticos como el del difunto Carlos Miselem quien nació en 1871 y falleció en 1944.

Otra de las piezas emblemáticas del Cementerio General la constituye el enorme mausoleo de la familia Viera Fuentes que tiene tumbas subterráneas y un enorme campanario que colinda con la 7 avenida del barrio Paz Barahona.

Pero en el General hay de todo. Desde los más prominentes empresarios hasta de los más humildes ciudadanos.

Morada de un Presidente

Ir al cementerio General y no conocer la tumba del ex presidente Miguel Paz Barahona sería lamentable.

Bajo un enorme árbol de uva de mar descansan los restos del mandatario que gobernó el país del primero de febrero de 1925 al primero de febrero de 1929. Él nació el 4 de diciembre de 1863 y falleció el 11 de noviembre de 1937. Miguel Paz Barahona fue médico de profesión y aunque nació en Pinalejo, Santa Bárbara, amaba a San Pedro Sula.