En el futuro cercano, el mapa turístico internacional podría ver la desaparición de algunos de sus destinos más llamativos, comenta el sitio especializado en viajes elproximoviaje.com.
Un estudio encargado por una de las empresas de seguros de viajes más grandes del Reino Unido (Churchill) enumera una serie de destinos y atractivos en serio peligro y postula que en 2020 habrán dejado de existir o estarán exhaustos, indica kuviajes.com. Uno de los sitios amenazados es la barrera australiana de coral. Es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta. Se encuentra amenazado con desaparecer como consecuencia del calentamiento del mar y el incremento de ácido en las aguas.
Se estima que en 2050 ya no quedará nada de esta zona, indica el sitio argentino axxon.com.ar. Conocido como el pulmón del planeta, la zona amazónica de Brasil hoy sufre una de las principales causas de deterioro: la deforestación. Se dice que antes de 2050, el 40 por ciento del Amazonas podría dejar de existir, indica blogverde.com. En el desierto de Chihuahua habita una gran cantidad de especies endémicas de flora y fauna que se enfrentan al aumento de las temperaturas y a la escasa precipitación que, actualmente, es aún más reducida. Ya se prepara un plan de rescate para la zona.
El calentamiento del planeta hace que las tierras más frías del globo sufran un deshielo que parece ser inminente. Se había previsto que en 2010 las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida iban a desaparecer por completo y la realidad es que el proceso está cada vez más acelerado, indica tourimvirutal.com.
El glaciar Franz Josef en Nueva Zelanda, ubicado en el Parque Nacional Westland, es considerado uno de los patrimonios de la humanidad, pero, como la mayoría de los espacios naturales de este tipo, está condenado a desaparecer por las altas temperaturas que sufre el planeta, reporta el diario elsalvador.com. Maldivas es el país más bajo del mundo (sus islas apenas sobrepasan los dos metros sobre el nivel del mar). La amenaza de la subida del nivel del mar lo convierte en un destino que puede desaparecer, señala elmundo.es.