Un aterrizaje obligado tuvo que hacer ayer el helicóptero en que viajaba el presidente Porfirio Lobo desde el departamento de Valle a Tegucigalpa.
La aeronave Bell 412 de la Fuerza Aérea Hondureña, FAH, tuvo que descender de emergencia en el municipio de San Lorenzo justo cuando sobrevolaba la zona a eso de las cuatro de la tarde, según se informó.
Lobo viajaba en la aeronave con su secretario privado Reinaldo Sánchez, el ministro de Agricultura y Ganadería, Jacobo Regalado, y el titular de Banadesa, Johnny Handal, que lo acompañaron por la mañana en un encuentro con las fuerzas vivas del departamento de Valle.
Según un comunicado de Casa de Gobierno, el helicóptero presidencial experimentó una falla en una de sus turbinas, por lo que el piloto tuvo que hacer un aterrizaje en un sector de San Lorenzo, donde se decidió que el mandatario regresara a Tegucigalpa a bordo de otro aparato.
Al llegar a la capital, Lobo Sosa manifestó que los pilotos ejecutaron un procedimiento de rutina como medida de seguridad para un presidente de la República.
El gobernante aseguró que el aterrizaje se produjo casi veinte minutos después de detectada la falla y señaló que en ningún momento temió que la aeronave se accidentara. “Estamos bien”, dijo el Presidente.
El percance aéreo no es el primero registrado en la administración de Lobo, pues en junio pasado el designado presidencial Samuel Reyes también sufrió un incidente similar.
En aquel entonces, el helicóptero en el que se conducía Reyes y varios funcionarios de gobierno tuvo que hacer un descenso por precaución en la base aérea de Palmerola, Comayagua, cuando se dirigía a la comunidad de Candelaria, Lempira, donde se estaba entregando el Bono Diez Mil.
Los pilotos de la aeronave tuvieron que descender en Comayagua por indicación de uno de los instrumentos del aparato.
Al igual que Lobo, los ex presidentes Carlos Flores, Ricardo Maduro y Manuel Zelaya sufrieron percances parecidos. “El Presidente sigue con su agenda. Todo está bien. Él está bien de salud”, dijo el ministro de Comunicaciones, Miguel Ángel Bonilla.