Puerto Cortés, Honduras.
“Mi visión es tener un título al salir del penal para trabajar y comenzar una nueva ruta para un mejor futuro”, expresó Alexis Sagastume, interno del centro penal de Puerto Cortés.
Al igual que él, otros 101 reos reciben clases en diferentes niveles por medio de un programa educativo patrocinado por la Municipalidad, organizaciones no gubernamentales y autoridades penales.
Diego Zúniga, interno y coordinador del programa, dijo que dentro de las instalaciones practican el ímpetu de la superación.
“Hemos decidido cambiar las armas y la violencia por libros para lograr un título universitario. Con ello estamos seguros de que estamos alcanzando la verdadera reinserción en la sociedad. Utilizamos programas de Alfacic, Educatodos e Iher para que todo interno pueda optar a cualquier grado de educación”, dijo.
En las clases impartidas de 6:00 pm a 8:30 pm, todos los días, participan 102 alumnos, entre ellos seis policías. Zúniga explicó que ocho maestros o facilitadores enseñan a leer a unos y a otros a cruzar el plan básico y sacar el Bachillerato.
La alcaldía da una bonificación a los mentores. Además los apoya con libros y otro material didáctico.
Satisfacción
Jessi Cecilia Estrada Ramos, jueza de Ejecución de la Corte Suprema de Justicia, se mostró alegre por el éxito del sistema implementado en el penal.
“Es una gran satisfacción, ya que hace cinco años iniciamos con un pequeño grupo de internos de primero a sexto grado. Luego el resto se animó y se pasó al Plan Básico y luego el Bachillerato”. En la actualidad hay 210 internos. De ellos, 74 condenados.
Cristián Ayala, alumno que se graduará de bachiller este año, dijo que este es un gran logro para su vida.
“Al salir de aquí voy a la universidad para ser licenciado en Administración de Empresas”.
“Mi visión es tener un título al salir del penal para trabajar y comenzar una nueva ruta para un mejor futuro”, expresó Alexis Sagastume, interno del centro penal de Puerto Cortés.
Al igual que él, otros 101 reos reciben clases en diferentes niveles por medio de un programa educativo patrocinado por la Municipalidad, organizaciones no gubernamentales y autoridades penales.
Diego Zúniga, interno y coordinador del programa, dijo que dentro de las instalaciones practican el ímpetu de la superación.
“Hemos decidido cambiar las armas y la violencia por libros para lograr un título universitario. Con ello estamos seguros de que estamos alcanzando la verdadera reinserción en la sociedad. Utilizamos programas de Alfacic, Educatodos e Iher para que todo interno pueda optar a cualquier grado de educación”, dijo.
En las clases impartidas de 6:00 pm a 8:30 pm, todos los días, participan 102 alumnos, entre ellos seis policías. Zúniga explicó que ocho maestros o facilitadores enseñan a leer a unos y a otros a cruzar el plan básico y sacar el Bachillerato.
La alcaldía da una bonificación a los mentores. Además los apoya con libros y otro material didáctico.
 Estos siete internos se graduarán en las próximas semanas de bachilleres. Su visión es ir a la universidad.
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Jessi Cecilia Estrada Ramos, jueza de Ejecución de la Corte Suprema de Justicia, se mostró alegre por el éxito del sistema implementado en el penal.
“Es una gran satisfacción, ya que hace cinco años iniciamos con un pequeño grupo de internos de primero a sexto grado. Luego el resto se animó y se pasó al Plan Básico y luego el Bachillerato”. En la actualidad hay 210 internos. De ellos, 74 condenados.
Cristián Ayala, alumno que se graduará de bachiller este año, dijo que este es un gran logro para su vida.
“Al salir de aquí voy a la universidad para ser licenciado en Administración de Empresas”.
