Con motivo del Día Mundial de la Limpieza, la Unión Europea, en colaboración con la organización juvenil Cipotes, el Centro de Estudios Marinos (CEM) y el proyecto Caribe Circular, organizó una jornada de limpieza en la playa Mar de Plata, en Omoa, departamento de Cortés, en el Caribe de Honduras.
Un total de 378 voluntarios se unieron a esta iniciativa, contribuyendo al esfuerzo global para concienciar sobre la importancia de proteger el medio ambiente.
Marcello Abate, miembro de la Unión Europea, dijo que “estar en Omoa no es casualidad, somos conscientes de la problemática que ha sufrido esta zona con la contaminación en sus playas y mar”.
Las playas de Omoa han sido afectadas durante años por la acumulación de desechos que arrastra el río Motagua desde el vecino país de Guatemala.
En la jornada de limpieza se recolectaron 1,045.50 kg (2,300 libras) de residuos sólidos, incluidos 15.80 kg (34.76 libras) de residuos peligrosos misceláneos. Además, se recogieron 77.2 kg (169.84 libras) de material totalmente reciclable (aluminio, vidrio, y plástico PET),
La asociación local de mujeres “Fortaleza Circular” recibió el material a reciclar. La asociación está conformada por ocho mujeres de Omoa, dedicadas al reciclaje y procesamiento de materiales, y fueron apoyadas por el CEM y Caribe Circular, con financiamiento de la Unión Europea y la Cooperación Alemana (GIZ).
En un boletín de prensa, la Unión Europea informó que los participantes destacaron lo dañino que resulta para los ecosistemas marinos la basura no gestionada correctamente.
“Esta jornada forma parte de las actividades globales de limpieza de playas que la Unión Europea promueve anualmente, con el fin de fomentar la conciencia ambiental y el activismo en la preservación de nuestros océanos”, dijeron.
Millones de toneladas de desechos acaban en el océano con un efecto directo y mortal en la fauna silvestre, por ejemplo, en las aves marinas, las ballenas, los peces y los corales.
La contaminación marina comienza en tierra y es uno de los principales motivos del empobrecimiento de la biodiversidad marina.
Un cambio de hábitos es necesario: la clave para luchar contra la basura marina es detenerla de raíz, reduciendo el consumo de plásticos, reutilizando y reciclando.
Honduras cuenta con una gran extensión de kilómetros de playa, así como con uno de los arrecifes coralinos más extensos del mundo.
“Cada vez que tiramos plásticos u otra basura en nuestro ambiente, ponemos en riesgo nuestro futuro. Todas las personas debemos contribuir desde donde estemos, educarnos con hábitos que no destruyan nuestro planeta”, dijo una de las voluntarias de Cipotes que participó en la jornada de limpieza. Muchas veces la contaminación en los océanos inicia desde casa, añadió.