27/03/2024
03:58 PM

Cardenal pide “luchar contra la injusticia” en la homilía de Domingo de Resurrección

“Hoy es el “tercer día” del Triduo Pascual y a la vez el inicio de la cincuentena. Hoy es el domingo más importante del año, el domingo del cual reciben sentido todos los demás domingos del año”, dijo el líder religioso.

Tegucigalpa, Honduras

El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, en la homilía de este Domingo de Resurrección, pidió a los hondureños salir del sepulcro y buscar al que es la vida”, al tiempo que pidió luchar contra las injusticias.

Además, instó a dejar la cultura de la violencia. “Dejen de matar, dejen de matarse entre ustedes, jamás un ser humano se debe manchar con la muerte de inocentes, sobre todo aquellos que promueven el aborto”, expresó Rodríguez.

“Hoy es el “tercer día” del Triduo Pascual y a la vez el inicio de la cincuentena. Hoy es el domingo más importante del año, el domingo del cual reciben sentido todos los demás domingos del año. Hoy es el día que hizo el Señor, hoy es el día del triunfo y de la gloria”, señaló el arzobispo de Tegucigalpa.

“La exaltación que Juan veía ya en la cruz hoy se hace realidad y experiencia deslumbrante. Cristo ya no está en la tumba, ya no está en el lugar de los muertos. “No está aquí”, muerto y necesitando nuevos ungüentos, Cristo el Ungido, ya perfuma el universo. ¡Cristo ha resucitado! Al que vimos triturado, lo vemos ahora resplandeciendo”, añadió.

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Asimismo, expresó que la ´oración colecta´ no puede ocultar su alegría: “En este día has abierto las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte” y pide que esta Pascua histórica, que estamos celebrando, nos oriente hacia la eterna: “Que renovados por el Espíritu, vivamos en la esperanza de nuestra resurrección futura”.

“En el Evangelio de Juan, el día de hoy, es Magdalena la que va al sepulcro, lo ve vacío, y corre a anunciarlo a los apóstoles. Luego, serán los apóstoles, los ministros de la comunidad, los que aparecen en el Libro de los Hechos como anunciadores de Cristo valiente testimonio de la Resurrección del Señor”, describe.

Rodríguez Maradiaga mencionó que “ahora somos nosotros los que, en este siglo, hemos de correr a anunciar a Cristo a este mundo, a nuestra familia, a nuestros amigos, a la sociedad. Los cristianos no solo debemos ser buenas personas, sino además “testigos” de la Resurrección de Cristo, con nuestra palabra y, sobretodo, con nuestras acciones”.

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“La Pascua de Cristo debe contagiarnos hasta convertirse en Pascua nuestra, de modo que imitemos la vida nueva de Jesús. Es lo que le preocupa a San Pablo. En su carta a los Colosenses les invita a que, ya que en su ser, en su naturaleza, han recibido la vida de Cristo en el Bautismo, ahora se trata de que, en la práctica, vivan de forma pascual, de forma resucitada”, extendió el líder católico hondureño.

“Si celebramos bien la Pascua, también nosotros hemos de morir a lo viejo y resucitar a lo nuevo, morir al pecado y vivir con Cristo en su novedad de vida. Al final seremos resucitados, pero ya ahora vivimos como resucitados, alimentados como estamos de la Eucaristía, que nos hace participar de la vida ya definitiva del Señor”, manifestó.

Asimismo, explicó que no tenemos autorización de quedarnos parqueados en este camino. Pascua es camino, viaje, carrera, impaciencia por anunciar al Resucitado. No se trata de agitación ni de prisa, sino de colocarnos en el lugar preciso. “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?”.

“Ya no podemos seguir custodiando sepulcros vacíos, los mismos archivos llenos de polvo, los mismos vicios de siempre, una fe enmohecida por la rutina. Nuestro papel no es el de los guardias puestos para vigiar tumbas. Nuestro papel es el de las mujeres encargadas de contar, de recordar lo que los apóstoles habían olvidado, de informar que está vivo, no en el sepulcro, sino en otra parte”, indicó.

Finalmente, dijo que él (Jesús) está aquí, en medio de nosotros, y nos habla al corazón. “Él está aquí, nos cura de nuestras dudas y de nuestros miedos. Él está aquí, se deja palpar y exhala su Espíritu en nosotros. Él está aquí, y nos alimenta con su Cuerpo. Él está aquí, y nos renueva, nos pacifica, nos resucita. Él está aquí, y nos envía a ser testigos de su Resurrección”, concluyó.