Dos niños de 7 y 11 años son las primeras víctimas graves por quemaduras ocasionadas tras la explosión de morteros en sus manos en Antigua Ocotepeque.
Los pequeños ingresaron anoche al hospital de Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula después que unos morteros les estallaran en su manos que les ocasionó heridas de segundo y tercer grado en su cara y brazos.
Fernando de siete años es el sobrino de David que tiene 11, ambos estaban buscando regalos en un solar baldío donde días antes se había celebrado una fiesta de la comunidad en la que usaron fuegos pirotécnicos, cuando los retos de los cohetes se incendiaran con estillas de ocote.
Ambos menores están siendo intervenidos en sus afecciones, pero su estado de salud es 'grave'. El principal centro médico de la zona Norte de Honduras, en lo que va del 2009 ha atendido al menos 4 caos relacionados con la quema de pólvora.
Niño pierde tres dedos en Tegucigalpa
La pólvora sigue marcando la vida de los niños del país. En menos de un mes, tres menores, dos varones y una niña, han sufrido lesiones irreparables en sus manos.
La última víctima es Erly Aníbal Maradiaga, de 12 años, quien mientras jugaba al fútbol con otros amigos encontró los restos de un cohete de varilla.
Según el relato de Aníbal, luego de recoger el explosivo buscó unas brasas para quemar el contenido del paquete, pues imaginaba que sólo lanzaría chispas. Para su sorpresa, al vaciar una minúscula cantidad del polvo se produjo la detonación, arrebatándole tres dedos de su mano derecha. “Yo no sentí dolor, pero vi sangrar mi mano y corrí donde mi papá”, dijo el menor.
Según la explicación de Inés Antonio Maradiaga, padre del niño, días antes se había celebrado la feria de la comunidad en honor a la Virgen de Guadalupe y se quemó gran cantidad de pólvora.
El niño fue trasladado desde la comunidad de El Retiro, en el departamento de El Paraíso, hasta el hospital Materno Infantil, donde de inmediato fue ingresado para practicarle una cirugía reconstructiva.
La recuperación de Aníbal tardará varias semanas y, según los especialistas, perdió más de la mitad de su mano.