Los integrantes del Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán (Marca), amenazaron con un derramamiento de sangre, si continúan las arbitrariedades en los fallos judiciales que los afectan.
Líderes campesinos reclaman las fincas Trinidad, San Isidro y Despertar, las cuales les habían sido adjudicadas en un fallo emitido en febrero de este año y que posteriormente fue apelado por empresarios, mediante un recurso de reposición que posteriormente fue admitido.
“Estamos bajo a amenazas de un posible desalojo que se pueda llevar a cabo en los próximos días, en el Bajo Aguán en las cooperativas La Trinidad, San Isidro, y Despertar… nosotros estamos denunciando a esos magistrados corruptos, quienes han fallado a favor del empresario, cuando sabemos que nosotros somos los únicos y legítimos dueños de estas tierras”, manifestó el vocero de Despertar, Rubén Cedillo.
A su vez indicó 'que le están haciendo saber a la comunidad nacional e internacional, y a los tres poderes del Estado que los responsabilizamos de cualquier derramamiento de sangre que pueda ocurrir en el Bajo Aguán”.
'Somos los únicos dueños y estamos dispuestos a ofrendar las vidas y mantenernos en pie de lucha, no vamos a ceder nuestras tierras porque sabemos que nos pertenecen', agregó.
El dirigente subrayó que enfrentarán 'cualquier problema que se nos venga en el Bajo Aguán. Si es necesario, vamos a ofrendar las vidas de nosotros y de muchos compañeros más para defender la tierra, son 2,900 familias que estamos aglutinadas en el Marca y no hay ninguna que tenga miedo a las balas'.
Según el vocero del movimiento campesino, el desalojo fue ordenado para el 7 de julio; sin embargo, cuentan con documentación que los acredita como dueños legítimos de las tierras en disputa.
'Tenemos armas, pero son las de la fuerza para defender nuestras tierras, las armas que tenemos es la documentación que nos acredita que somos únicos y legítimos dueños', aseguró.
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Las millonarias ganancias que genera el cultivo de la palma africana, la bonanza de la fértil tierra de esta región y el nivel de ingobernabilidad en la zona, es en esencia lo que mantiene el sangriento conflicto en el Aguán, un inmenso valle al norte de Honduras.
La prolongada crisis por la tenencia de tierra ha permitido que al menos cuatro bandas delictivas operen en carretera, caminos y en las fincas.