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Álvarez confirma investigación sobre narcos

  • 18 febrero 2010 /

El ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, ratificó ayer en Bogotá lo que LA PRENSA publicó la semana anterior en la serie de investigación La Ruta de la Muerte.

    El ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, ratificó ayer en Bogotá lo que LA PRENSA publicó la semana anterior en la serie de investigación La Ruta de la Muerte.

    El funcionario informó que tienen detectadas entre 250 y 300 trazas de vuelos del narcotráfico que en su mayoría salen de Venezuela y pertenecen a cárteles mexicanos.

    Álvarez así lo indicó al cierre de su visita de dos días a Colombia, donde firmó un nuevo acuerdo para compartir “la exitosa” experiencia en materia de seguridad y contra el crimen organizado del Gobierno del presidente Álvaro Uribe.

    “Las estadísticas que nosotros manejamos es que la mayoría de las trazas salen de las zonas venezolanas y la mayoría de las avionetas que caen a Honduras y son detenidas o quemadas después de bajar la droga en Honduras son de bandera venezolana”, dijo.

    Álvarez agregó que no había en el país un incremento tan grande de aterrizajes de avionetas del narcotráfico con bandera venezolana como ahora.

    “Años atrás solo había cárteles colombianos y ahora hemos detectado cárteles mexicanos con la diferencia que las organizaciones mexicanas son extremadamente violentas y sanguinarias”, agregó.

    Cárteles siembran terror

    El ministro hondureño subrayó que esos cárteles mexicanos han traído al país una situación de sicariato y asesinatos que no se había vivido nunca antes.

    “Ha llegado al punto de que en ciertas zonas de Honduras las personas se sienten aterrorizadas y hay lugares inclusive que los pobladores han abandonado”, afirmó.

    El funcionario agregó que Honduras se ha convertido en un sitio estratégico de parada de los envíos de drogas hacia Estados Unidos por su infraestructura en el Atlántico.

    “En 1900 las compañías bananeras norteamericanas desarrollaron no sólo carreteras, sino también pistas (de aterrizaje) en toda la costa atlántica. Es por eso que Honduras tiene desarrollada esa zona y la hace ideal para el aterrizaje de las avionetas y transportar la droga hasta camiones con dirección a Estados Unidos”, agregó.

    El director de la Policía Nacional de Colombia, el general Óscar Naranjo, dijo por su parte, que en los próximos días las autoridades colombianas entregarán información sobre la segunda etapa de la acción en la que se capturaron a 22 presuntos delincuentes extraditables a Estados Unidos por narcotráfico.

    “La operación ‘Fronteras’ puso en evidencia que a Honduras la habían convertido los narcotraficantes en escala técnica obligada para introducir cocaína del sur del continente a México”, dijo el oficial.

    Zetas quieren asesinarlo

    Ayer a su regreso de Colombia, las afirmaciones de lo sanguinario que son los cárteles mexicanos se materializaron luego de que revelara que la banda mexicana Los Zetas está ofreciendo unos 20 mil dólares por su cabeza. Esos sicarios estarían involucrados en el asesinato del zar de la lucha contra el narcotráfico, Julián Arístides González.

    El ministro junto a autoridades policiales y de investigación revelaron el plan para asesinarlo tras detectar una caja con armas y droga que fue enviada por miembros de la mara 18 en un bus de San Pedro Sula a Tegucigalpa.

    El paquete, que fue descubierto ayer en la empresa Transportes Costeños, contenía cuatro granadas de fragmentación, una granada de humo, siete cajas de munición de 5.56 mm, cinco cargadores de pistola, cuatro pistolas, además de 28 onzas de cocaína.

    Dentro del paquete encontraron una carta dirigida al marero Darwin, alias “El Espanto” con códigos de la mara 18, donde se revela el plan para asesinar al Ministro de Seguridad.

    Los Zetas que tienen tentáculos en Guatemala, Honduras y El Salvador y en el país están contratando a pandilleros de la mara 18 para llevar a cabo esta acción criminal en su contra y como anticipo dieron unos 20 mil dólares (L 380 mil) y después entregarían otros 150 mil que vendrían incluidos con armas, drogas y automóviles, detalló Álvarez.

    “Los capos comienzan a sentir pasos de animal grande, saben que nosotros tenemos una lucha frontal contra ellos”, afirmó Álvarez, reiterando que la base de inteligencia colombiana será de gran utilidad para investigar a los capos hondureños.

    ‘Kamikaze’ abrió rutas de narcoavionetas a Honduras

    Bogotá. Mario Fernando Gómez, alias “Kamikaze”, el “piloto de pilotos”, se convirtió en el consentido de la mafia colombiana por los osados aterrizajes que hizo en pistas o carreteras de Honduras, en trayectorias de menos de 900 metros.

    “Kamikaze”, una de las figuras prominentes del “cártel de los pilotos”, es acusado de llevar toneladas de cocaína colombiana hacia Centroamérica, que luego es trasladada a México y Estados Unidos. Él fue uno de los ocho pilotos detenidos la semana anterior en Colombia y es señalado por las autoridades como el jefe del “cártel de los pilotos”. Él se entendía directamente con los narcos mexicanos del cártel de Sinaloa a través de Patricia Rodríguez, también capturada. Fue uno de los que abrieron la “ruta a Honda” (Honduras) y sus instrucciones se seguían al pie de la letra, como volar bajo para evitar radares y los equipos que interceptan comunicaciones.

    Precisamente fue “Kamikaze” quien ubicó una ruta en Honduras, de poco control y con una carretera solitaria perfecta para aterrizar. Lo propio hizo en Petén, Guatemala, donde más de 20 aeronaves hacen parte del cementerio de aviones de los narcos. Una interceptación de la Policía lo dejó al descubierto el año pasado: “Tengo un problema -le dijo una mujer que estaba en Medellín-. La ‘harina’ está lista, pero la cancha (pista) tiene solo 900 metros”. Sin titubear, “Kamikaze” respondió: “Yo la meto”

    “Jerónimo”, otro de los ocho pilotos capturados en la “Operación Fronteras” y quien delató a “Kamikaze”, dio detalles sobre las operaciones que realizó como aviador de narcoavionetas en una entrevista publicada por el diario El Tiempo de Colombia.

    “Mi vuelo de prueba lo hice en medio de una tormenta, aterrizando en la pista destapada de Puerto Alvira. Ese día el destino me midió el aceite y me quedé trabajando en esto”. Como varios de sus compañeros, “Jerónimo” estuvo apadrinado por narcos. En su caso, el curso lo pagó Daniel “El Loco” Barrera, uno de los capos más buscados de Colombia, y por eso terminó tomando la instrucción de piloto en una reconocida escuela y después se enganchó con una agencia aérea en Villavicencio para hacer reemplazos. “Eran solo para practicar”, recuerda.

    “Barrera me daba las alas y yo le devolvía el favor cuidándole la ‘harina’”, asegura este hombre que no llega a los 30 años. “Después vinieron contactos pesados. Era entrar en las grandes ligas, porque ellos pueden producir y procesar la coca, pero saben que sin nosotros no llega a donde toca”. Esos viajes tienen un nombre en el gremio: los llaman el “sueño blanco”, porque blanca es la carga y si tienen éxito regresan a casa hasta con 500 mil dólares. “Jerónimo” trabajó un tiempo solo, pero un conocido lo contactó para llevar una carga a Nicaragua. Allí empezó su ruta internacional y su rol en el cártel desmantelado por la Policía . A finales del 2005, dice “Jerónimo”, salió de la frontera con Venezuela en una Cessna, con decenas de paquetes de coca forrados con polietileno, un joven de Villavicencio como copiloto y el pasaporte en el bolsillo. Nicaragua era el primer destino y no había que pilotar de vuelta: “Sonaba muy loco, pero regresaríamos en un vuelo comercial”. La instrucción del vuelo solo la recibió cuando subieron la droga a la avioneta: no había dónde aterrizar, así que los paquetes se botarían desde el aire al mar, en Puerto Cabezas, sobre el Atlántico. Unas millas más adelante, en Honduras, sobre una vieja carretera que parecía salir del océano, tenían que dejar la avioneta abandonada y regresar por tierra hasta Panamá. Ahí podían conseguir los tiquetes de regreso a Colombia.