San Pedro Sula, Honduras.
Cada vez más mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar, buscan ayuda con el deseo de vivir dignamente y en paz. Perder el miedo a denunciar y exponer su situación a muchas les ha salvado la vida.
El lugar en donde les han abierto las puertas es la Oficina Municipal de la Mujer (OMM), que desde hace 14 años promueve la cultura de la denuncia ante cualquier acción que violente los derechos de las féminas.
Diariamente, el centro atiende a unas 30 mujeres que son o han sido víctimas de violencia física, psicológica, sexual y patrimonial.
Mirna de Suazo, coordinadora de OMM, señaló que durante todo el año en el lugar se atienden cerca de 1,400 mujeres. Ahí no solo brindan asesoría legal, sino que también asistencia educativa y empresarial . “Tratamos de crear en la mujer una idea de amor propio y de independencia. Que sepan que no deben estar aferradas a una persona que las maltrata”, declaró de Suazo. Ana Molina, abogada del centro, enfatizó que durante todo el proceso se acompaña a las afectadas sin que ellas tengan que pagar por el servicio.
“Cuando ellas se van de aquí tratamos que vayan con una mentalidad diferente; que se miren desde otra perspectiva”, manifestó Digna Zambrano, sicóloga de la OMM.
Cada vez más mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar, buscan ayuda con el deseo de vivir dignamente y en paz. Perder el miedo a denunciar y exponer su situación a muchas les ha salvado la vida.
El lugar en donde les han abierto las puertas es la Oficina Municipal de la Mujer (OMM), que desde hace 14 años promueve la cultura de la denuncia ante cualquier acción que violente los derechos de las féminas.
Diariamente, el centro atiende a unas 30 mujeres que son o han sido víctimas de violencia física, psicológica, sexual y patrimonial.
Mirna de Suazo, coordinadora de OMM, señaló que durante todo el año en el lugar se atienden cerca de 1,400 mujeres. Ahí no solo brindan asesoría legal, sino que también asistencia educativa y empresarial . “Tratamos de crear en la mujer una idea de amor propio y de independencia. Que sepan que no deben estar aferradas a una persona que las maltrata”, declaró de Suazo. Ana Molina, abogada del centro, enfatizó que durante todo el proceso se acompaña a las afectadas sin que ellas tengan que pagar por el servicio.
“Cuando ellas se van de aquí tratamos que vayan con una mentalidad diferente; que se miren desde otra perspectiva”, manifestó Digna Zambrano, sicóloga de la OMM.