La agricultura hondureña, afectada por la escasez de mano de obra a causa de la migración, comienza a utilizar drones inteligentes para sembrar y pulverizar fertilizantes y pesticidas en los cultivos que ahora son más afectados por las plagas y enfermedades provocadas por el cambio climático.
La Universidad Nacional de Agricultura (Unag), con sede en Catacamas, Olancho, grandes organizaciones de agricultores que producen a mediana y gran escala han comprado entre 2023 y 2024 más de una veintena de dispositivos fabricados por la compañía china y líder global en innovación tecnológica DJI Agriculture.
Estos drones, con capacidad para transportar una carga de hasta 40 kilogramos, son comercializados exitosamente en el mercado hondureño por las empresas Camosa, Skyone Drones, Latitude Solutions, que también ofrecen tecnología a los países de Centroamérica.
Carlos Herrera, ingeniero agrónomo y especialista en agricultura de precisión de Camosa, señala que el sector productivo de Honduras muestra un creciente interés en la adopción de una tecnología que inicialmente estaba reservada para el uso militar y fines recreativos y que ahora permite optimizar la aplicación de insumos, reducir costos y minimizar el impacto ambiental.
En los últimos cuatro meses de 2024, la empresa hondureña Camosa ha vendido 12 dispositivos de los modelos DJI Agras T50 y el DJI Agras T25 a un precio de $33,000 y $25,000, respectivamente, a productores de diferentes partes del país.
“Nosotros vendemos el DJI Agras T50 y el DJI Agras T25. El T50 es para productores con mayor extensión de área, tiene capacidad de 40 litros, tiene doble boquilla, hace dos hectáreas por hora. Con este drone, sólo es necesario un operador y una persona que rellene el tanque. De esta manera, el agricultor ahorra tiempo, baja los costos, reduce el volumen de agua y provoca menos contaminación”, dijo Herrera a Diario LA PRENSA cuando exhibía algunos ejemplares en el evento agrícola Encuentro Entre Alianzas realizado en San Pedro Sula por Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Feed Future y Agronegocios Sostenibles.
Con esta tecnología emergente, según Herrera, “el agricultor puede regular el tamaño de la gota, no tiene deriva, no hay contaminación, usa menos agua; puede utilizar cualquier líquido, insecticida, herbicida, plaguicida, fungicida”.
DJI, con sede en Shenzhen, Guangdong, China, ha diseñado los drones para pulverizar y esparcer los productos químicos de manera uniforme y precisa, esta capacidad reduce el desperdicio y asegura que las plantas reciban la cantidad justa de nutrientes y protección.
Tradicionalmente, la fertilización y fumigación han requerido de equipos pesados y mano de obra intensiva lo que ha representado un alto costoso y un proceso lento. Con los drones, una o dos personas realizan la misma actividad en menor tiempo en un período de baja oferta laboral de jornaleros a causa de la migración hacia Estados Unidos.
Jorge Cálix, profesor de mecanización agrícola de Unag, informó que esa institución compró un drone en el segundo trimestre que no solo utiliza para optimizar las prácticas en las áreas de producción, sino que también “servirá como una herramienta clave” en la enseñanza y capacitación de futuros profesionales en el manejo de esta tecnología.
Cálix explicó que “hasta el momento, la universidad lo utiliza para actividades agrícolas, en la producción de maíz y ha dado buenos resultados”. “Hemos hecho todo el ciclo de aplicaciones de productos químicos y estamos satisfechos. Con el drone se logra eficiencia en el uso de químicos, ahorramos mano de obra. También lo usamos en siembra y fertilización”, dijo en una entrevista con Diario La Prensa.
“La universidad ya está dictando un curso sobre drones con el cual los participantes aprenden a utilizar sistemas de información geográfica y los conocimientos básicos de la operación del drone. Con el tiempo, la universidad ofrecerá un curso que abarque otros aspectos y dará certificado para pilotos de drones. El cambio climático causa efectos que cada día nos azotan más y es necesario aprender a usar esta tecnología”, dijo.
En Olancho, de acuerdo con Cálix, no sólo la universidad cuenta con un drone, hay otras personas que han invertido en este equipo y lo ofrecen los servicios de pulverización de químicos.
Según el Informe sobre la industria de los drones agrícolas (Agriculture Drone Industry Insight Report), publicado en julio anterior por DJI Agriculture, hasta finales de 2023, la agricultura mundial utilizaba más de 300,000 drones en 100 países de diferentes continentes. A junio de 2024, estos dispositivos habían operado en más de 500 millones de hectáreas con 6,000 instructores y 300,000 pilotos.
Al tratar más de 500 millones de hectáreas, los drones agrícolas han generado un ahorro acumulado de 210 millones de toneladas métricas de agua, equivalente al consumo anual de 390 millones de personas, de cuerdo con DJI Agriculture.
El informe destaca que la adopción de drones agrícolas ha reducido significativamente el uso de productos químicos en 47,000 toneladas métricas y las emisiones de carbono en 25,72 millones de toneladas métricas.