Directo a la Penitenciaría Nacional fueron enviados 11 de los 16 directivos del Sitraunah luego de que el juez Melvin Bonilla les dictara detención judicial.
Los sindicalistas fueron acusados por el Ministerio Público de sedición, coacción y usurpación en perjuicio de la administración pública por la toma ilegal de varios edificios universitarios, evitando así que miles de estudiantes recibieran clases.
Los sindicalistas enviados a la PN son Ana Hortensia Fúnez, Carlos Humberto Gonzales, Víctor Arnulfo Torres Pavón, Osman Rufino Ávila Godoy, Luis Alberto Midence Reyes, Wilfredo Zelaya Galo, Edis Marlen Flores Gómez, Héctor Napoleón Mejía Díaz, César David Viera, Luis Benítez Portillo y Roberto Carlos Gonzales Colindres.
Se les dictó arresto domiciliario por tener una edad que supera los 60 años a Andrés Rodríguez, René Antonio Andino, María Erlinda Reyes e Israel Rodríguez, quienes permanecerán bajo custodia de un miembro de la Policía Nacional.
A Francisco Obando Torres se le dictaron medidas cautelares, por lo que quedó a cargo y bajo vigilancia de sus apoderados legales.
Todos éstos deberán presentarse el lunes a las nueve de la mañana para la audiencia inicial.
Chachas
Al terminar la audiencia de declaración de imputado, los agentes de policía asignados a la seguridad de los Juzgados salieron en busca de las chachas (esposas) para asegurar a los nuevos reclusos de la PN.
Los sindicalistas, al ver a los agentes con el manojo de chachas, se asombraron, se quedaron viendo unos a otros y casi entre lágrimas extendieron sus manos para ser esposados y trasladados a las celdas de los tribunales, mientras se hacían las remisiones para enviarlos al centro penal.
Al salir del despacho donde fue la audiencia, los acusados comentaron que la resolución había sido injusta.
El juez Bonilla señaló que la resolución se debió a que el Ministerio Público presentó los elementos de prueba.
Al conocerse la resolución, algunos zelayistas llegaron a los juzgados.
El subcomisionado Mario Chamorro, encargado de la Metropolitana I, acudió al lugar para garantizar el orden, ya que los zelayistas suelen protestar con actos de vandalismo.
Los juzgados fueron vaciados y el resto de las audiencias fueron suspendidas para garantizar la seguridad de las personas.
Vandalismo
Miembros de organizaciones populares volvieron a dejar la huella de la destrucción en las calles capitalinas. Edificios públicos y privados y vehículos fueron dañados.
Para el caso, el carro nuevo de una distribuidora de autos del bulevar Suyapa fue manchado y rayado por miembros de la denominada resistencia y por sindicalistas del Sitraunah.
La marcha salió de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
