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Hondureña asesina en serie hace brujería en cárcel

  • 17 agosto 2015 /

Alma Cleotilde es considerada la primera asesina en serie en la historia de Honduras.

Tegucigalpa, Honduras

Lleva más de 6,000 días en prisión. El aislamiento la mantiene histérica, agresiva y hasta compulsiva.

La mujer de 55 años es acompañada por una pequeña estufa de dos hornillas, una cama pequeña sin cubrecolchón que con el paso de los años perdió el color.

La pequeña celda totalmente ahumada tiene un tendedero improvisado del que apenas cuelgan una pieza de ropa interior y varios pedazos de plástico anudados.

Este es el recinto de Alma Cleotilde Grand Pérez, mejor conocida como la Bruja Cleo, capturada en 1998 en El Porvenir, Francisco Morazán.

Condenada a 70 años por el asesinato de tres personas, Cleo, como la llaman sus compañeras y autoridades en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), acaparó en su totalidad las notas rojas de los medios de comunicación hace 17 años, cuando se le acusó de haber asesinado a tres hombres: José Cabrera, Tiburcio López y Manuel Rivera.

Las autoridades dijeron que la mujer, después de descuartizarlos con un hacha, practicó ritos satánicos con sus restos y, por si fuera poco, los ocultó en su propia vivienda, incluido el fogón donde preparaba sus alimentos.

En los archivos de prensa se cuenta que Cleo, cuando vivía en El Porvenir, recibía cientos de personas para sus “consultas”. Dos de sus víctimas le vendían mercadería. Los familiares de Tiburcio López, quien era guatemalteco, investigaron que este nunca abandonó El Porvenir, por lo que la Policía comenzó la búsqueda y llegó a la casa de Cleo, observando producto que el extranjero vendía.

Fue una policía encubierta, quien se hizo pasar por una “paciente”, que obtuvo información. Luego de la búsqueda encontraron debajo de unas matas de banano, junto al cuarto de la mujer, el cuerpo sin vida de José Cabrera; mientras el cadáver del guatemalteco estaba debajo de la hornilla aún con su ropa, 878 lempiras en efectivo y varios quetzales.

Ahora, 17 años después deambula por los pasillos de la prisión. No está completamente encerrada y las demás reclusas se burlan de ella por sus delirios de persecución. Enemiga de la higiene, Cleo invitó a LA PRENSA a recorrer su pequeña celda que ha convertido en su refugio, lejos de los talleres de adaptación que reciben sus compañeras.
“Estuve en el hogar uno y después en el cinco. Hace unos años le pedí a la autoridad que me quería pasar a vivir sola a esta bartolina para hacer mejor mis brujerías, por andar detrás de la chanchada”, dijo entre risas mientras se sentaba en un bajo muro.

Aseguró que sufre maltrato y persecución de todas las autoridades que ha tenido la prisión. “Me acusaron por tres muertes, me sentenciaron a 70 años, pero me están hostigando. Aquí no tengo ni con quien platicar en esta puercada. Si me enfermo, no hay nadie que me pueda dar ni un vaso de agua. Me he estado muriendo y nadie me ha ayudado”, relató.

Mientras se desarrollaba un evento social en el PNFAS, Cleo dijo que lo hacían para rifar su suerte. Ya su mente no tiene claridad. “Me hostigan día y noche. El hombre ese me ha hecho paste mi vida. Se llama César. Es un negro. Ese hombre me ha hecho lo peor de mi vida. Hoy hubo un evento que me estaban rifando a mí, a ver quién ganaba. Ellas creen que soy millonaria. Eso se llama extorsión y ya he puesto las quejas en la dirección. Me quiero salir de aquí”, dijo mientras señalaba el lugar donde duerme.

Foto: La Prensa

La bartolina de Alma Cleotilde está sucia y descuidada.

Cleo ora con devoción con la Biblia en la mano.
Ataques y cambios en su vida

Cleo tiene prohibido visitar los talleres, principalmente los de costura, porque intentó hacerle daño a un empleado de la Penitenciaría con unas tijeras.

El estado mental de la mujer es delicado, aseguró la directora del PNFAS, Mariza Castejón; sin embargo, no la consideran peligrosa y recorre con libertad la prisión. “Ella misma se ha aislado”, dijo la autoridad.

Alma Cleotilde es considerada por expertos en criminología la primera asesina en serie en la historia criminal de Honduras. Ahora asegura que se ha convertido a la fe cristiana.

“Me entregué a nuestro Señor en 1998. Pero siempre me he estado tambaleando. Le dije al Señor que me entregaba a él porque mi vida se estaba yendo para abajo. Ellos son los que me tienen en estas carnes, mama; no estoy enferma, ahí está mi citología. Me quieren enterrar y hacerme perdediza como a muchas otras”, afirmaba Cleotilde mientras se incomodaba en la entrevista.

La reclusa, quien pasará el resto de su vida en PNFAS, asegura que desde “arriba” la hostigan. Es tanto su delirio que está convencida que la quieren matar. “Pagó para que me metieran un pollo. ¡Ay, mama! Eso me ha costado un dineral. Aquí no me quieren, me pasan hostigando y quiero denunciar eso”. Asidua lectora de la Biblia, Cleo se dispuso a orar por los presentes en un idioma desconocido. Luego lo hizo en español y terminó cantando alabanzas cristianas.

“No le den la espalda a Dios, escuchen su palabra. Solo es un momentito”, fueron sus últimas palabras antes de iniciar su oración. Alma Cleotilde es una de las privadas de libertad más antiguas en el PNFAS.

Foto: La Prensa

Las condiciones en que vive la Bruja Cleo son infrahumanas. En la Penitenciaría aseguran que está loca y enferma. FOTOS: Andro Rodríguez