Crisis y emergencia. Esa es la proyección que la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) realiza para Honduras, donde los departamentos de Choluteca con 164,000 personas, Comayagua con 135,000 y El Paraíso con 125,000 se verán afectados.
La proyección es de marzo a junio de 2020, donde en total son 258,000 personas, o sea el 5% de la población, la que estará en la fase de emergencia o fase 4 y 963,000 o sea el 19% de población, en fase de crisis o fase 3. Esto mantiene en alerta al sector productor, quienes aseguran que dos factores los hunden en la crisis, el endeudamiento y los precios de los granos que se deberán importar ante la escasez. Los productores afirman que solo hay un 20% de la reserva de maíz.
Estado nutricional y mortalidad Uno de los ejes a estudiar para medir el impacto que la crisis agroalimentaria genera en los 13 departamentos que han sido objeto de estudio.
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El análisis
De noviembre de 2019 a febrero de 2020, se muestra que los departamentos con un consumo alimentario peor, según el indicador del CIF, son Choluteca, El Paraíso, Francisco Morazán, La Paz y Valle. El estudio indica que parte de estos hogares apenas son capaces de cubrir estas necesidades o de evitar déficits alimentarios y son personas que sus ingresos principalmente los obtienen del trabajo de jornalero o porque son agricultores de subsistencia. |
Intervenciones en las zonas y ayuda alimentaria TEGUCIGALPA. Proteger medios de vida y reducir brechas de consumo de alimentos en los hogares que en el estudio han sido catalogados en las fases 3 y 4, deben ser una prioridad, aseguran los productores. Deben haber acciones específicas de respuesta que involucre a los actores locales, municipales y mancomunidades; así como programas y proyectos a corto plazo.
“La crisis alimentaria está y se agudizará, por ello es necesario que se definan acciones desde las bases locales para evitar una crisis mayor. La escasez de granos será alta”, explicó Adán Regalado, productor de occidente. Mientras, se trabaja en el monitoreo de perspectivas climáticas, tendencia de precios, las reservas de granos básicos (principalmente maíz y frijol), movilización interdepartamental, pérdidas de empleos agrícolas. En el primer semestre de 2020 harán un nuevo análisis para medir dimensión de la crisis.
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