San Pedro Sula, Honduras.
Una enfermera hondureña murió en las últimas horas a consecuencia del covid-19, en San Pedro Sula.
Identificada como Lina Rodríguez, la enfermera se desempeñó, a lo largo de 35 años, en la regional del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en Danlí, El Paraíso, oriente de Honduras.
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Permanecía hospitalizada en los últimos días tras recaer por la enfermedad, en el IHSS regional San Pedro Sula, donde falleció.
Recibió la primera dosis de la vacuna anticovid de AstraZeneca el 15 de marzo, sin embargo, aún estaba pendiente de recibir la segunda aplicación, por lo que el inoculador no había generado el efecto de inmunización en su cuerpo.
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Fungía como coordinadora del departamento de afiliaciones del IHSS en Danlí y allegados la recuerdan como una profesional dedicada, servicial y loable.
Fue sepultada en una ceremonia con medidas de bioseguridad en el cementerio Jardines del Recuerdo, en Choloma, Cortés. Colegas y compañeros del IHSS viajaron desde Danlí y acudieron a la despedida.
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Abraham Sosa, subgerente regional del IHSS en El Paraíso, declaró: 'Se nos ha ido un tesorito. A doña Lina se le ha tenido mucho cariño. Deja un legado, como coordinadora del departamento de afiliaciones'.
Vulnerabilidad
El médico Óscar Sánchez, delegado del Colegio Médico de Honduras en la región noroccidental, consideró: 'No la protegió (la primera dosis). Apenas tenía 10 días de aplicada la primera dosis. A los 15 días empieza la elevación de anticuerpos, que nos va a generar un grado de inmunidad, pero no es total, sino que aumenta progresivamente'.Añadió, en declaraciones al noticiario Hoy Mismo, que la segunda aplicación de la dosis debería ser inmediata. 'La siguiente dosis debería ser aplicada al mes, sin embargo, en Honduras, se dejó para la semana ocho, pero lo ideal es a la cuarta'.
