PUERTO CORTÉS.
Para sobrevivir, los moradores de las aldeas tuvieron que refugiarse cinco días en cerros bajo las inclemencias climáticas y muchos de ellos hasta ayer pudieron bajar encontrándose con sus casas en ruinas.
Las tierras cultivables están convertidas en fangos, y eso significa hambruna porque hay que esperar meses para hacer producir de nuevo los terrenos, dijeron los pobladores.
“Esta ración de comida son unos días más de vida”, expresó ayer María Nely Amaya, vecina de la aldea Barra de Chamelecón, quien al igual que centenares de pobladores de esa zona están en deplorables condiciones por las inundaciones causadas por la depresión tropical Eta.
Un equipo de Diario LA PRENSA logró llegar en lancha a ese sector de difícil acceso con un grupo de miembros de la organización Pesca de Orilla 504 de Puerto Cortés, que llevaron provisiones, agua, kits de higiene y desinfectantes que donó el sector empresarial del país.
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Los afectados dijeron que están viviendo una difícil situación porque perdieron todas sus pertenencias y expresaron que estarán en calamidad largo tiempo, pues las inundaciones destruyeron los cultivos y no hay pasto para el ganado que lograron salvar.
| Siete aldeas
Los moradores del lugar dijeron que en el sector de la Barra de Chamelecón hay siete aldeas, las cuales están en una situación crítica provocada por las inundaciones de la depresión tropical Eta que azotó al país.
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María Nely Amaya, moradora de la aldea Barra de Chamelecón, manifestó que “estamos pasando una situación muy crítica y no tenemos transporte ni dinero para ir a comprar alimentos”. Alfonso Alfredo Fajardo, presidente del patronato de la aldea La Sabana, manifestó que en 55 años que tiene de vivir en esa zona es primera vez que mira un cosa así, “ni el Mitch fue así, estuvimos cuatro días refugiados en el cerro”.
Indicó que aparte de alimentos y las otras necesidades va a ser necesario que lleguen brigadas médicas porque vienen una serie de enfermedades.
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