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Quemar buses, una práctica de horror importada de Guatemala

  • 20 octubre 2016 /

En Honduras, las maras han replicado los mecanismos para sembrar terror en las víctimas al estilo de los criminales del vecino país. Los celulares y el acceso a Internet desde las cárceles empeoran el problema.

Ciudad de Guatemala.

Los extorsionadores de Guatemala y El Salvador, quienes heredaron las técnicas terroristas de la década del 80, exportaron a Honduras el esquema de incendiar buses para sembrar el miedo.

Hasta mediados de 1990, los dos países vecinos estuvieron envueltos en conflictos bélicos internos derivados de factores ideológicos, que les permitieron a civiles aprender a usar armas de guerra y técnicas terroristas.

En los últimos tres años, en Honduras, los mareros comenzaron a prenderle fuego a camiones repartidores de productos y autobuses, acciones criminales efectuadas en Guatemala décadas atrás, en plena Guerra Fría.

Actualmente, pandilleros de la MS y de Barrio 18 (presos o en libertad) y otras bandas de criminales aprovechan la tecnología y, como parte de su nefasta estrategia, incendian buses, lanzan granadas y asesinan choferes con el objetivo de infundir miedo y crear predisposición en sus potenciales víctimas para extorsionarlas.

Mario Bosos Monroy, exdirector de la Fuerza de Tarea Contra la Extorsión (2012-2015) y actual asesor técnico, está plenamente convencido de que ese delito no es cometido en un 100% por los miembros de las maras, sino por otros actores que se han fortalecido al amparo de la confusión y el terror.

Foto: La Prensa

Reos del Barrio 18 en una cárcel de la zona 18.
En Guatemala, “la experiencia me dice que solo un 10% de la extorsión es cometida por las pandillas, un 90% por oportunistas”, dijo Bosos, durante una entrevista con LA PRENSA.

Este exfundador de la FTE, considera que las policías del Triángulo Norte deben identificar con claridad a los actores para no continuar luchando contra fantasmas.

127
Hondureños
Se encuentran recluidos en los presidios de Guatemala. Son 113 hombres y 14 mujeres. Están por diferentes delitos
“Con los celulares aumentó este delito. En un inicio, era atribuible a las pandillas, pero esto ha cambiado”, expresó. Ejemplificó que él ha identificado a extorsionadores que, en un período de 10 días, generan entre 8,000 y 10,000 llamadas con tan solo un chip. De este modo, los extorsionadores crean la sensación de que son un poder omnipresente y logran crear predisposición en las personas.

Equipados en cárceles

Indiscutiblemente, por el alto nivel organizativo y acceso a la tecnología, los mareros son más certeros y logran un impacto más acentuado.

Dentro de las cárceles guatemaltecas, los pandilleros acceden a Internet, pueden hacer llamadas y hasta se abastecieron de un lote de más de 100 radioteléfonos satelitales para superar un eventual bloqueo.

Esto es del conocimiento de las autoridades.

210
Salvadoreños
Están recluidos en Guatemala. Son 38 mujeres y 172 hombres, algunos son pandilleros y extorsionadores
En una entrevista con LA PRENSA, Rudy Esquivel Barrientos, portavoz del Sistema Penitenciario (SP) de Guatemala, aceptó que en los 21 centros panales (19 funcionales), en diferentes operativos han decomisado celulares.

“En el tema de móviles (...) en 2015 se incautaron 708 teléfonos y 650 chips”, dijo el portavoz.

Entre 2012 y 2016, las autoridades penitenciarias han incautado a los reclusos unos 9,404 celulares y 6,286 chips.

Esquivel Barrientos evitó referirse a las posibilidades que los reclusos tienen para realizar las llamadas.

Dentro del sistema penitenciario guatemalteco se encuentran recluidos 779 miembros de la 18 (681 hombres y 98 mujeres) y 393 de la MS (335 hombres y 58 mujeres).

“La Rueda del Barrio 18 es aquí la máxima autoridad de ellos. ¿Dónde están ellos? Todos están presos, con sentencias condenatorias, porque la Policía Nacional Civil, en su momento, los investigó (…) y los capturó. ¿Cuál es la máxima autoridad de la MS? Es el Consejo de los 12. Están en otra cárcel, todos sentenciados (…). Ellos tienen una parte de comunicación vía telefónica. El sistema penitenciario latinoamericano debe ser reformado”, afirmó Stu Velasco, subdirector de la Policía Nacional Civil (PNC).