La muerte de una mascota puede ser una experiencia profundamente dolorosa, ya que estos compañeros se convierten en parte esencial de la familia por muchos años.
Su pérdida deja un vacío emocional que muchas veces es incomprendido por quienes no han vivido ese vínculo. Muchas veces es más fuerte por la cantidad de años convividos con ese animalito y todas las experiencias que se recordarán para siempre.
Afrontar este duelo requiere de actividades que nos permitan procesar la tristeza de forma saludable y rendir homenaje al amor compartido. No es un tema que se debe tomar a la ligera, pues también merece respeto.
Estrategias para sobrellevar el dolor emocional
La psicóloga Claudia Avilés explica algunas estrategias que se pueden realizar de forma individual o colectiva para sobrellevar esta carga emocional que puede ser capaz de interferir en nuestra productividad y causarnos un estado emocional muy decaído.
- Permitirse sentir:
Muchas personas reprimen sus emociones por temor a parecer débiles o exagerados. Sin embargo, llorar, recordar y hablar sobre la mascota fallecida es fundamental para liberar el dolor. Validar nuestras emociones y aceptar que estamos sufriendo es el primer paso hacia la sanación.
- Hacer un ritual de despedida:
“Todos sabemos qué hacer cuando muere un ser humano, pero no siempre pasa lo mismo cuando muere una mascota que también es miembro de la familia. Yo recomiendo hacer actos simbólicos, ya sea escribir una carta o plantar un árbol en su honor para recordar lo importante que ha sido este ser y conservar el amor que nos brindó. Estos actos nos permiten cerrar un ciclo, encontrar consuelo y procesar la tristeza”.
- Buscar apoyo emocional:
Hablar con amigos, familiares o incluso un terapeuta puede ayudarnos a sentirnos comprendidos y menos solos. Existen también grupos de apoyo para personas que han perdido a sus seres queridos, en los que pueden compartir experiencias puede ser profundamente reconfortante.
Aceptación sin sentirse culpable
Aceptar la muerte de una mascota no significa olvidarla, sino aprender a vivir con su ausencia física y con su recuerdo siempre presente en el corazón.
Con tiempo, apoyo y amor, el dolor se suaviza, y lo que queda es la huella imborrable de una vida compartida. Sentir culpa tras la muerte de una mascota es una reacción común y humana, especialmente cuando creemos que podríamos haber hecho algo diferente.
Sin embargo, es importante entender que este sentimiento, aunque natural, puede ser injusto con nosotros mismos y obstaculizar nuestro proceso de duelo.
En lugar de preguntarte qué hiciste mal, pregúntate qué aprendiste de tu mascota, cómo te hizo mejor persona, qué momentos te regaló. Transformar la culpa en gratitud ayuda a sanar el corazón y a recordar con amor en lugar de con remordimiento.
Preguntas como “¿y si hubiera hecho más?” o “¿por qué no lo llevé antes al veterinario?” son expresiones del deseo de haber evitado la muerte de nuestro amiguito de cuatro patas. Reconoce estas emociones como parte del duelo, sin dejar que definan tu experiencia como cuidador. El amor que diste no se mide por un error o una decisión difícil.
¿Se puede adoptar otra mascota?
Al adoptar una nueva mascota sin haber sanado, se corre el riesgo de usarla como escape del dolor, en vez de darle su lugar como un nuevo lazo afectivo sano.
No esperes que una nueva mascota actúe, se parezca o te haga sentir igual que la anterior, ya que esto puede causarte frustración y hasta rechazo a ese nuevo animal.
Por otro lado, es importante saber que los niños, dependiendo de su edad, procesan la muerte de forma distinta, pero lo más importante es ser sinceros, empáticos y acompañarlos en sus emociones.
No intentes buscar en un nuevo animal todo lo que el otro te ofrecía, porque es un ser distinto que, sin duda, sí te dará un amor incondicional, pero no será idéntico al otro. Tendrá nuevas manías, nuevas reacciones y nuevos comportamientos que deberán ser adaptados a tu hogar.
No importa si se trata de un perro, un gato, un loro, un conejo, una tortuga, etc., la muerte o desaparición repentina de nuestras mascotas siempre será un hecho doloroso que tomará su tiempo para superarlo.