Whitney Houston está de vuelta y esta semana celebró su regreso a los escenarios en Moscú, donde empezó a una gira mundial que durará hasta junio, luego de someterse a tratamiento por su adicción a las drogas.
La cantante, de 46 años, ofreció una mezcla de sus hits de los años 80 y canciones de su nuevo álbum “I look to you” y los más de diez mil espectadores en el estadio Olympia de la capital rusa la aplaudieron.
La intérprete, renacida y solidaria, atada a la realidad como no había logrado estarlo nunca en la década pasada, se dio tiempo para honrar la memoria de 120 víctimas del incendio ocurrido el viernes en un club nocturno de la ciudad rusa de Perm, a quienes dedicó una canción espiritual.
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En la gira, Whitney Houston está acompañada de su hija Christina, de 15 años, fruto de su matrimonio con el también cantante Bobby Brown, de quien se separó tras 14 años de una relación que la desgastó emocionalmente y la volcó a las drogas durante mucho tiempo.
En septiembre pasado, la cantante afirmó estar recuperada de las adicciones que tenía cuando estuvo casada con el conflictivo Bobby Brown, época en la que fue una consumidora de marihuana y cocaína. “No creo que no tenga el deseo de tomarlas, pero lleva un minuto olvidarme de eso, rezo y se va”, dijo Houston a la presentadora Oprah Winfrey.
La cantante indicó que en sus peores momentos encuentra en Dios la fuerza para seguir adelante. “Sé que me ama”, dijo Houston.
