Un tribunal dominicano impuso la madrugada de este jueves medidas cautelares a los hermanos Antonio y Maribel Espaillat , propietarios de la discoteca Jet Set , cuyo techo se desplomó el 8 de abril, provocando la muerte de 236 personas y dejando heridas a más de 180.
La Oficina de Servicios Judiciales de Atención Permanente del Distrito Nacional ordenó una garantía económica, impedimento de salida del país y presentación periódica ante la Fiscalía del Distrito Nacional. La decisión se produjo cerca de las 2:00 de la madrugada (06:00 GMT), tras una audiencia de más de doce horas.
Ambos deberán pagar una garantía económica de 50 millones de pesos (alrededor de 8.300 dólares). Unos 216.526,42 Lempiras.
El Ministerio Público los acusa de homicidio involuntario y había solicitado prisión preventiva para Antonio Espaillat , propietario principal del establecimiento, y arresto domiciliario para su hermana. La Fiscalía anunció que apelará la medida para considerar que el tribunal no valoró adecuadamente el daño causado a la sociedad por la magnitud de la tragedia.
Decenas de querellas han sido presentadas por familiares de las víctimas mortales y sobrevivientes del colapso, ocurrido mientras se desarrollaba una presentación del merenguero dominicano Rubby Pérez , también fallecido en el incidente.
Entre las víctimas también se encuentran el exlanzador de Grandes Ligas Octavio Dotel y el diseñador Robert Polanco , así como personas de diversos estratos sociales, ya que la discoteca era un referente en la escena musical del país, al acoger presentaciones de merengue, salsa, bachata y música urbana.
Según la investigación del Ministerio Público, la estructura presentaba daños previos y fue objeto de remodelaciones irregulares. Se responsabiliza a los hermanos Espaillat de cargar el techo de manera excesiva y progresiva con elementos pesados, como casetas técnicas, ductos, unidades de climatización de gran volumen —incluyendo seis aires acondicionados de 15 y 20 toneladas cada uno— y tinacos de agua.
Además, las autoridades sostienen que Antonio Espaillat fue advertido sobre los problemas en el techo un día antes de la tragedia, cuando ya se habían reportado desprendimientos de material.