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'Sí a la vida, sí puedo, sí quiero'

  • 06 julio 2007 /

Cuando el cielo se cubría de gris, el suelo se convertía en esperanza, el tiempo le daba la bienvenida a una noche esperada y los presentes recibían elogios de parte de la vida.

Foro abierto

Cuando el cielo se cubría de gris, el suelo se convertía en esperanza, el tiempo le daba la bienvenida a una noche esperada y los presentes recibían elogios de parte de la vida.

LA PRENSA estuvo en los conciertos del virtuoso cantautor nicaragüense Tony Meléndez, que iniciaron a las 7.30 pm. El coro de niñas de la fundación Mhotivo precedió el espectáculo con sus voces angelicales impregnadas de dulzura.

Cerca de las ocho de la noche, en las dos pantallas gigantes del Centro Social Hondureño árabe podían observarse imágenes de aquel niño pequeño que producto del descuido de un médico nació sin brazos.

No habían terminado de mostrarse las imágenes cuando la animadora del evento presentó con mucho júbilo a Tony Meléndez, quien con humildad caminaba en medio del pasillo abarrotado de una multitud que quería escuchar el mensaje de paz y convivencia que difunde este ser humano espectacular.

“Es un honor estar aquí en Honduras, es la primera vez que vengo como músico, de niño pasé por esta tierra que es muy preciosa”, expresó.

Hizo una pausa al momento de seguir con la tertulia:

“Tenía seis meses cuando pasé por aquí, es decir, no recuerdo nada de eso”.

Ejecutando la guitarra mientras conversaba con los asistentes a la velada, dijo: “Nunca pensé que mi música sería tan escuchada y mi sorpresa es que en cada año en cada concierto he crecido más en la música”.

Fue así como empezó a cantar una canción que su primera línea dice:

“Te quiero decir que el amor es grande, te quiero decir que el amor es para todos”.

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Tony Meléndez pidió a los espectadores encender sus celulares en señal de que esa luz fuese la esperanza para muchos niños.Fotos Josué Banegas

Al escuchar el final de la canción, cada una de las personas que asistieron a la velada de este virtuoso comenzaron a aplaudir luego de la invitación de Tony: “No tengo manos, pero ustedes son mis manos”, e hizo que cantaran la frase “Dejemos huella”.

Entre cada canción se daba un tiempo para contar parte de su vida de manera que cautiva hasta el más fuerte: “De pequeño mi madre lloraba por haber visto nacer a su hijo con impedimentos físicos, salimos de Nicaragua, pasamos por Honduras manejando rumbo a EUA.

Manejando mucho llegamos a Los Ángeles, donde empezaría a someterme a varias operaciones para poder caminar. No soy de las personas que me quiero quedar sentado esperando, nunca fui de las personas que dije no puedo, tenemos que botar esas palabras y decirle sí a la vida, sí puedo, sí quiero”.

Hizo una pausa mientras repetía en varias ocasiones “dejemos huella” cuando dijo: “Un momento, déjenme decirles que éste es un país donde la gente canta bien diferente, cantan con la boca cerrada”.

Conjugando palabras y bromas, continuó: “Si la persona del lado no está cantando, le doy permiso de que le peguen una patada para que puedan cantar, así que cantemos todos dejemos huella”.

De esta manera logró que toda la audiencia le acompañara en el coro.

Agradecido con las personas que apoyaron el evento, se dirigió a ellas: “Nunca he estado solo, siempre he tenido a Dios y hoy tengo millones de manos en Honduras”.

Meléndez dedicó parte de su espectáculo a su padre, por ayudarlo a ser independiente y a su madre por ser tan dulce. Concluyó diciendo: “Si no hubiese tenido ese balance, hoy Tony no estuviese aquí”.

El momento más intenso fue cuando Tony elevó su voz para cantarle al hombre que le dejó la fama y la responsabilidad de enseñarle al mundo que se debe tener fe: Juan Pablo Segundo.

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Tony también aprovechó la noche para cantar algunos éxitos del pasado como “La bamba”, de Ritchie Valens y “Let it be”, de The Beatles.

No olvidó dedicarle a su esposa la melodía “I wish I can hold you”, “Ojalá pudiera abrazarte”, en español.

Con esta canción finalizó la velada musical expresando que no necesita tener brazos para poder abrazar a su esposa porque lo puede hacer con el corazón.

Patrocinadores

Los dos conciertos realizados por Meléndez fueron patrocinados por LA PRENSA, Agua Azul, Seabors, Audi, hotel Holiday Inn, Gildan, Inmet, Elcatex, Banpaís, Inversiones del Valle, Fomtex y Litografía San Felipe de Jesús.

Otras visitas

Ha viajado a través de Estados Unidos y a más de 30 países alrededor del mundo, compartiendo su música y hermoso testimonio vida y fe. Actualmente reside en Branson, Missouri, con su esposa y dos hijos.