El trabajo, la pareja, los hijos y los amigos… Si tiene la sensación de que siempre entrega más de lo que recibe y no se siente a gusto con este desequilibrio en las relaciones, aún está a tiempo de aprender las reglas de oro de una buena negociación que garantice su satisfacción.
Llegar a un acuerdo equilibrado cuando existe un conflicto de intereses no siempre es un asunto fácil. Más aún cuando el rival es la misma familia, con lo cual las emociones suelen pesar más que el realismo.
La sicóloga Martha Mejía dice que lo ideal es tomar las cosas con calma para no cometer errores a raíz de la impulsividad.
Piense que su rival no es un enemigo con el cual debe luchar, sino una persona con quien tiene que llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos. Reflexione cuidadosamente sobre cuál es su objetivo, porque si no lo tiene claro, difícilmente se lo podrá trasmitir a los demás. Quien no sabe lo que quiere, finalmente acaba haciendo lo que no quiere y tras la indecisión viene la frustración.
Una vez que tenga claro su objetivo, establezca sus prioridades y los límites hasta los cuales puede ceder.
Evite tanto mantenerse a la defensiva como intentar imponerse a su adversario. Se trata de dos personas que están negociando porque tienen ideas o intereses diferentes.