La pasarela de la 67 edición del festival de Venecia se inauguró con dos actrices de excepción: Jessica Alba, protagonista de “Machete” y Natalie Portman, a la orden de Darren Aronofsky para “Black swan”.
Conscientes de que eran las indiscutibles protagonistas de la apertura del Festival, ambas deslumbraron en la alfombra roja con dos looks propios de los Oscar.
Portman, cuya encarnación de una atormentada bailarina de ballet destacó como lo mejor del filme inaugural, volvió a demostrar que su plumaje es el de las grandes estrellas de Hollywood al presentarse con un vestido rojo escotado con pedrería rematado y con el cabello recogido en dos caracoles sobre la nuca.
En los próximos días se espera que pasen por Venecia leyendas como Catherine Deneuve, autores como Sofía Coppola o François Ozon y el equipo del filme español “Balada triste de trompeta”, de Álex de la Iglesia, o el de “Post mortem” , del chileno Pablo Larraín.
Primera jornada
“El cisne negro”, thriller que inaguró la muestra este año, trata sobre el competitivo mundo del ballet y es dirigido por Darren Aronofsky, es uno de esos largometrajes que fácilmente dividirá a los críticos.
Ayer jueves, el conflicto israelo-palestino irrumpió con el filme “Miral”, del artista judío estadounidense Julian Schnabel, un retrato tierno de una joven criada en un orfanato de Jerusalén Este que decide luchar a favor de la causa palestina.
Elaborado casi como pinturas, el filme narra la historia de cuatro mujeres, una de ellas Miral, interpetada por la india Frieda Pinto (“Slumdog millonaire”), para ilustrar la historia reciente de los palestinos, desde la creación de Israel en 1948 hasta la primera Intifada en 1987.
La película se estrena hoy en Estado Unidos.